miércoles, 4 de noviembre de 2009

Cibercutara

Una de las fotos de la campaña publicitaria realizada por
Ogilvy & Mather para International Society for Human Rights
que ganó medalla de bronce en los Premios Clio 2009 en Nueva York



Hace unos días Rafael Hernández, profesor de la Universidad de La Habana y director de la revista Temas, en el marco de una conferencia que dictó en la Universidad Internacional de la Florida, al responder a una pregunta del auditorio acerca del blog Generación Y de Yoani Sánchez, consideró que hay mucho de ciberchancleteo en el tratamiento de los temas relacionados con Cuba en internet, porque son enfocados más como catarsis que como análisis serios. Y al unísono, convocada por la poco catedrática afirmación, toda la blogósfera cubana estalló en un decidido y orgulloso cutareo, como diríamos en mi tierra oriental a esa acción de sonar la chancleta.
Chancleteo es, en nuestro argot, no precisamente catarsis —que es una palabra griega, finísima—, sino chusmería, bajeza, vulgaridad, desahogo visceral, chisme de barrio, de solar, de cuartería, de vecindad. Que la blogósfera cubana sea un cibersolar es algo simplemente idiosincrásico, porque así somos los cubanos: breteros, buscapleitos, cabeza dura y malapalabrosos. Y en esos cuartos reducidísimos de multiviviendas compartidas se hablan, muchas veces, las cosas más serias que a la nación competen. Por ejemplo, las miserias y la libertad.
Claro, que en la respuesta de Hernández hay un valor agregado: tratar de restarle importancia, desmoralizar al contendiente ha sido una de las prácticas más frecuentes del gobierno cubano como lo es —no nos engañemos— de la política “democrática” que conocemos en el resto del mundo. El detalle, en el caso cubano, es desentrañar —y la mayor parte de las veces no hay que profundizar mucho— qué tanto estos personajes hablan realmente por sí mismos y cuánto por no perder las posibilidades del viajecito al extranjero, que les permitirá comprar a su familia ropitas y regalos que no hay en Cuba o, incluso, equipos profesionales de trabajo como una computadora o bibliografía imposible de encontrar en la isla de los libros prohibidos. Qué tanto expresan sus propias convicciones y cuánto dicen por órdenes de otros, o por mantener estatus y prebendas a su regreso.
Ciberpayasa le llamó a Yoani hace unos días M. H. Lagarde, esa especie de paparazzi socialista que ha convertido a la bloguera en su “contenido de trabajo” y que suele acusarla de algo que le pega mucho mejor a él: de mercenaria. Pareciera que el enemigo número uno del gobierno cubano ya no son el imperialismo yanqui y los ciclones sino una simple internauta, y que sus mejores torpederos están enfocados a su desprestigio. Todo porque ella se ha dedicado a retratar en su blog la cotidianidad cubana y ha tenido la osadía de desafiar a las autoridades migratorias para que le expliquen por qué le prohíben la salida del país, aun para viajar a las entregas de los premios internacionales que le han sido conferidos. Si Yoani fuera realmente tan poca cosa, tan insignificante, tan payasa y chancletera, ¿cuál sería el peligro de que abriera la boca? Si ni siquiera el pueblo cubano tiene acceso a internet ni puede leer sus posts
Pero si no bastara con los ideólogos, han grabado y difundido una serie de videos en los cuales unos pioneros, criaturas de 12 años, la acusan de haber intentado adoctrinarlos, de violar sus derechos humanos. ¿Qué podrán saber esos niños de una doctrina que no sean el miedo y la obediencia?, ¿qué sabrán de derechos humanos?
Lógicamente nadie les ha explicado que ese concepto se mueve en las lindes de la actuación del Estado y su estructura institucional en contra de la población y no corresponde a acciones entre particulares. De tal modo que quien ha violado sus derechos —de ellos y de los más de diez millones de cubanos— constante y consuetudinariamente es el gobierno que nunca nos permitió —y por lo tanto no aprendimos a hacerlo— pensar, decir o escuchar algo distinto a lo establecido en los lineamientos del Partido, a riesgo del más infame, maquiavélico e inhumano catálogo de amenazas y represalias.
Eso que ahora padece Yoani Sánchez es lo que nos han hecho a todos por décadas. Porque todos, el pueblo entero, hemos sido su laboratorio de perversiones y, en definitiva, sus enemigos. Por eso nos convertimos, a la larga, en esta mezcla de impotencia y prepotencia pataleante que —sí, tiene razón Rafael Hernández— hemos hallado en internet un medio de desahogo y, más que eso, de unión, comunicación y denuncia.
Hubo allá, en “la tierra”, una danza tradicional —de aquellas prácticas culturales nacidas de la precariedad y que pareciera que esta “nueva precariedad” echa al olvido— llamada el baile de las chancletas. Un grupo de danzantes provistos de cutaras de palo —como diríamos en Oriente— llevaba con los pies el ritmo de la pieza que danzaban. La blogósfera cubana, este cibersolar, es eso: una virtual danza de las chancletas que hace demasiado ruido en los tímpanos del gobierno y sus secuaces. Que habla “muy rápido”, o sea, sin miramientos ni temores.
Internet, por muy limitado que tengan el acceso, es actualmente un tremendo enemigo del gobierno cubano. De modo que la única estrategia que les queda es demeritar a quienes hacemos uso de esta herramienta para, entre otras muchas cosas, abogar por la libertad de Cuba y de todos los cubanos. Porque las fuentes primeras de esa libertad son el libre acceso a la información y la posibilidad de estar de acuerdo o de disentir abiertamente. El día en que en Cuba pueda haber un periódico contestatario —como, por ejemplo, La Jornada en México— o comunicadores que desde los medios oficiales puedan separarse de la línea oficial; es más, el día en que los medios dejen de ser todos oficiales, estaremos en el camino de la democracia. Y ese sendero es el que hemos inaugurado —gústele a quien le guste— los blogueros de afuera y de adentro y todos los cubanos agrupados en las redes sociales de internet.
Porque si bien el blog, como género o espacio, fue concebido como bitácora personal, como anotación de diario íntimo, en el caso de los intelectuales cubanos ha venido a suplir las columnas de opinión que no existen en los periódicos nacionales. Y si bien las redes sociales —Facebook, Twitter, Hi5— fueron creadas para intercambiar frivolidades, trivialidades, boberías de muchachos, desde ellas los cubanos hemos desplegado más de una campaña virtual mundial —planeadas y estructuradas, o espontáneas— por los derechos y libertades en la isla, como lo hacen también, defendiendo sus propias causas, venezolanos y hondureños. Todo esto con el tremendo potencial de la inmediatez que propician las nuevas tecnologías.
Por eso pudimos saber al instante de las detenciones de los músicos Gorki Águila o Aldo el cantante de Aldeanos, incluso del mismísimo personaje bautizado como Pánfilo, y no subestimemos el papel que en sus respectivas liberaciones tuvo el grito alzado desde estos espacios por el exilio cubano. Porque la lucha ideológica, queridos camaradas, eso que allá se ha llamado batalla de ideas, tiene hoy matices internéticos y se libra también desde la virtualidad.

17 comentarios:

Camilo Venegas dijo...

dije en Facebook y lo repito aquí: espectacular chancleteo, abuelita. Me apena Rafael Hernández, siempre tuvo cara de pobre tipo, pero ahora sabemos que es un pobre tipo.

Antonio Gómez Sotolongo dijo...

Aun se cuidan de no acusarla de contrarrevolucionaria ¿no les parece curioso?

David Lago González dijo...

Muy buenas reflexiones, te pongo link.
En el caso específico de Yoani Sánchez, aunque no soy fanático de nada ni de nadie, creo que ella no es precisamente el mejor ejemplo de la "ciberchancleta". No la sigo fielmente, pero su tono es ése.
Ignoro quién es Rafael Hernández (mi ignorancia sobre "personalidades" es amplia), pero qué buen uso (para su curriculum revolucionario) hace de la libertad en la Universidad de Miami representando la oficialidad cubana. ¿Forma eso parte del levantamiento de sanciones al pobrecito gobierno cubano?

Escombros Hablaneros dijo...

Mi querida seguiremos en el ciberchancleteo pero nuca en el ciberchivateo. Abrazos

Anónimo dijo...

Desde la foto de presentación, ¡genial!, sabía que tu comentario sobre lo que dijo el señor ( ¿los canallas alcanzan el escalón de señor? ) ejem, mejor R.Hernandez, no iba a tener desperdicio.

Kevin Sedeño Guillén dijo...

Lúcido y contundente análisis estimada Odette. Gracias por dedicarte a acompañar con tu pensamiento.

Anónimo dijo...

mi querida odette, siempre tan contundente...
primero felicitarte por tsu presentaciones y desearte mucho éxito!!!
segundo enviarte un fuerte abrazo!!!
jetzabeth

Evidencias dijo...

Que van a saber esos pioneritos de derechos humanos, si ni los grandes saben y a los que se van de Cuba les cuesta a veces una barbaridad entenderlos.

Dagmar dijo...

¡Estelar!

Margarita Garcia Alonso dijo...

Odette mia, no me llames camarada, que te formo un chancleteo de cutaras, jajajaa

besos

Mabel Cuesta dijo...

mi querida... hay que leer a Mañach y después entender el resto... la intelectualidad en Cuba tiene muchos capítulos pendientes... mucha lectura de portada y contraportada. Los sistemas alternos de pensamiento los conocen tan poco como a la historiografía o la etnografía cubana. De dónde viene el chancleteo, su origen y posibilidades discursivas, no les pasa por la cabeza.
De todas maneras, este blo tuyo siempre ha sido elegante y de gran vuelo.
MI querida Yoanis mucho tendrá que sufrir todavía.

Karin Aldrey dijo...

Si mal no recuerdo, creo haber escuchado de niña una historia de mi madre hablando de la comparsa de Los Hoyos, en su Santiago natal. Digo ¨creo¨porque se me confunden un poco las memorias respecto al nombre de la comparsa, el barrio, etc. El caso es que en los carnavales salían los cutareros, decía mamá que era impresionante el sonido de las cutaras al unísono, que se escuchaba por toda la ciudad pues la comparsa recorría todas las calles. Tambien contaba que por calle que entraban, ventanas que se cerraban pues en aquella época había mucho prejuicio y se decía que por donde pasaba la comparsa, dejaba una estela de muertos pues muchos aprovechaban el carnaval para ajustar cuentas pendientes. No se que tendrá todo esto de cierto, pero tiene sentido. En relación a los blogs cubanos y el gobierno de Cuba, pues sí somos un poco esos cutareros de antaño, y muchas son las cuentas que tenemos pendientes con el gobierno de Cuba. La venganza mayor es la libre expresión, rayo de sol cayendo sobre Drácula.

jtg dijo...

Ay, esa revolución que empinaba a los "chancleteros" como vía para la cura de la flacidez burguesa, ahora espulga en la estridente algarabía para salvar ese remanso de flacidez proletaria donde resuena, sólo, la chancleta obediente que hace mucho tiempo dispara contra la chancleta díscola. Chancleta contra chancleta, ¿o es fusil contra fusil? como cantaba aquel otro ¿chancletero ilustre? Chancleteo y choteo, que son cosas parecidas. Ya lo dijo Fernando Ortiz: "...la del choteo. Es la desgracia criolla. Todo lo motejamos de ridículo; y apenas florece una idea en este nuestro árido campo, la reímos como niñería..." Bueno, habrá que seguir chancleteando, que lo de leer y fortalecer la razón no pone ni quita dictaduras. ¿O sí? Amiga, tu texto, como siempre, excelente. A ver cuándo nos regalas uno de esos cuentos maravillosos que nada tienen que ver con el pertinaz chancleteo que, como se diría aquí: "aburre a las ovejas". Te abrazo.
Jorge

Anónimo dijo...

¡Agua pa' Mayeya, Odette!Descalificar ha sido siempre un recurso que, para mí, ya es retórica de nuestra política, si es que eso existe. Recuerdo cómo rebajaron a Manuel Díaz Martínez, las cosas que dijeron de su poesía, cómo de gran poeta pasó a ser un mediocre, por obra y gracia de otro, ése sí un verdadero mediocre, de cuyo nombre no me quiero acordar. Tela por donde cortar hay mucha; o mejor palo, palo pa'hacer las chacletas.
Normy

Anónimo dijo...

Mi querida Odette-Odile (sonrisa), que podemos esperar de como se llama el personajillo, ni siquiera recuerdo su nombre... La Verdad, bien lo sabemos, es manipulada cada dia, destrozada, humillada, minimizada, ajena. Quisieran ellos en la Isla mil veces maldecida que ni internet ni libre acceso, ni nada de nada!! para los esclavos: para los esclavos barracon y palo! La venganza del esclavo es que no se humilla y siempre hace burla del amo.
Que podemos esperar de tal chancletero en el peor sentido de la palabra, porque ahora mismo estoy oyendo en el pasillo el chancletear alegre de Simon, su olor a jabon fino, siempre el mismo, dirigiendose al baño comun para darse su ducha matutina. Chancletas de palo, le deciamos en "labana", cutaras en tu amado Oriente.
Un abrazo.
Nancy

Magia Insular dijo...

ah Odette... llevaba dias ausente y no habia leido tu blog. Como siempre,
lleno de cantos gregorianos al son de
nuestra locura.
recibo tus pensamientos y análisis con ilusión.

Unknown dijo...

Querida Odette:

Cierto, para no perder el viajecito. Ah, ese compañero Rafa Hernández… En verdad lo destrozas con tus argumentos, bien enfocados, como siempre haces. Resulta fenomenal, hablando de lenguaje, el rejuego que haces con el chancletear, le sacaste todo el jugo a este tópico. Hace falta publicar esto en otra parte. Y bien: ¿habrá alguien más “chancletero” que el Comandante Chancleta?
Es lo mismo, siempre quieren justificarse con la misma justificación
Cariños:
Félix Luis Viera