Desde que lo oí por primera vez, hace ya bastantes años, he estado tentada a hacer un análisis sintáctico de las canciones de Juanes, pero ni la más profunda de sus letras —cosa difícil de determinar— resiste una mirada aguda. Eso, en definitiva, no es importante: sus seguidores las disfrutan y las valoran más que a las parábolas de Jesús. Finalmente, si a ésas vamos, yo no entendí lo que quería decir “Gitano o payo pudo ser” o “mitad juicio y mitad” (de niña no conocía los encabalgamientos y ahí paraba la frase) hasta mucho tiempo después de haberme aprendido y cantar apasionadamente el Tío Alberto de Serrat, muchas veces con lágrimas en los ojos, de ésas que no podemos explicar, porque provienen de una emoción demasiado profunda.
La obra habla por los artistas a veces más explícitamente que ellos mismos. En general, la manera en que los seres humanos actuamos y nos expresamos da cuenta de nuestro orden cerebral. Y el de Juanes, aunque de primera instancia pudiera parecer simple, es bastante enrevesado. Sirva para explicarlo, por ejemplo, aquel estribillo: “Me enamora/ que de mí sea tu alma soñadora”, que siempre me deja pensando si el alma es soñadora por sí misma o si —ordenando la frase, “soñadora de mí sea tu alma”—, ella, el alma, sueña con él.
Sus limitaciones de vocabulario quedan de manifiesto en todo su cancionero, pero veamos una estrofa como ésta: “Si tú me pagas con eso, yo ya no te doy más de esto”. O aquella otra de: “Cuando yo estoy pensando en tí,/ amor es lo que más fuerte sale de mí,/ por eso yo siempre vivo tan feliz/ pues tú eres lo que yo más quiero para mí”. U otra que ejemplifica, además, sus dificultades con la rima: “Y en la distancia te puedo ver/ cuando tus fotos me siento a ver./ Y en las estrellas tus ojos ver/ cuando tus fotos me siento a ver”. Es un cantante pop, ya lo sé, pero entre poperos también hay sus niveles de elaboración y transmisión de mensajes.
A lo que quiero llegar es a que la gran polémica desatada por el anuncio de su “Concierto por la Paz” el 20 de septiembre en la Plaza de la Revolución de La Habana sienta sus bases en esa característica suya: no tiene facilidad para expresarse, se le traban la lengua y las neuronas, no dice las cosas con claridad. Porque hasta ahora no ha declarado —al menos yo no lo he oído— cuál es su intención de hacer en Cuba ese concierto o a qué guerra se refiere. No aclarar esos dos puntos fundamentales es el inicio de una interminable cadena de malentendidos.
Dejemos establecida una premisa: Juanes puede cantar adonde le dé su regalada gana. Puede ir a Cuba, como tantos artista, y dar su recital en el teatro Karl Marx, en el estadio Latinoamericano, incluso en los escenarios del malecón y hasta —se me ocurre— en la escalinata de la Universidad de La Habana. Pero no, decidió —¿se lo impusieron?... ¿y lo aceptó?— hacerlo en la Plaza de la Revolución, el ágora por excelencia de la ídem. Tal vez hasta fantasea —por qué no, todos tenemos corazoncito y vanidad— con llenar ese sitio como años ha lo hiciera el otro Leo. Pero al recibir los reclamos de por qué precisamente ese sitio, lo primero que se le ocurrió decir es que se trataba de un concierto apolítico.
Pongo los ojos en blanco. Si Juanes es tan ingenuo como aparenta, necesita tal vez un cursillo intensivo de semántica. Alguien que le explicara que la paz necesariamente refiere a su contrario: la guerra, y que ambos términos son profundamente políticos. Ese pretendido apoliticismo es tan imposible en la Plaza de la Revolución habanera como en las selvas de su país o en su frontera con Ecuador y Venezuela.
Y dejemos sentada otra premisa: Juanes, que es —lo ha demostrado muchas veces— un tipo de buenos sentimientos, un luchador pacifista, una excelente persona, un hombre de gran corazón, puede hacer el concierto político que le apetezca. Contra el bloqueo comercial de Estados Unidos; en solidaridad con la miseria de aquel pueblo que no puede comprar sus discos más que pirateados porque los originales los vende el Estado —su contratante, que es el dueño de todo— en tiendas donde sólo se paga en divisa; en contra o incluso a favor del gobierno que los avasalla y también por la reconciliación de los cubanos de adentro y los de afuera. El detalle está en que él —que yo sepa— no ha definido cuál o cuáles de esas causas lo motivan.
Y cuando las cosas no se dicen claras, dejan abiertas todas las dudas. Entonces, podemos presuponer que ha caído en las garras de ambos gobiernos —USA y Cuba— que se aprestan a utilizarlo como excelente propaganda internacional. Pero también podemos sospechar que quiere darle su respaldo consciente a los Castro. Si ése fuera el caso, también tiene Juanes todo el derecho de hacerlo, como quienes le cantaron a Videla, a Pinochet y hasta al mismísimo Hitler. Las consecuencias que eso pudiera traerle las habrá contemplado ya o sabrá asumirlas mejor que Tiziano Ferro cuando dijo que las mexicanas eran bigotonas y sus ventas se desplomaron en el país de las ofendidas. Digo mejor, porque supongo que Juanes no es un tonto haciendo una broma de mal gusto, sino un tipo que sabe perfectamente lo que hace. ¿O no?
¿Sabe Juanes, por ejemplo, que hace sólo unos meses el salsero Willy Chirino pidió autorización a Raúl Castro ni siquiera para cantar en Cuba, sino para que, costeando el músico todos los gastos, se instalara una pantalla gigante en algún sitio del malecón y que sus compatriotas de la isla pudieran ver el concierto que ofrecía en Miami y Raúl se la negó? ¿Cómo va a pretender entonces Juanes que su actuación en La Habana no sea interpretada, al decir de la bloguera Yoani Sánchez, que allá vive y siente, “como su apoyo a un sistema que se apaga, como el espaldarazo a un grupo en el poder”?
Repito lo ya dicho: Juanes puede cantar donde quiera y ponerle a su concierto el nombre que desee. No tendría ni que andar dando justificaciones. Pero debiera saber que Cuba no es un país normal. Para cantar en el Auditorio Nacional, sus representantes no tienen que ir a Los Pinos (la casa presidencial mexicana), pero en Cuba esa autorización es otorgada a los más altos niveles de la dirigencia de la revolución. Si canta en el DF, eso no les importa un cacahuate a los mexicanos radicados en Los Ángeles o Chicago, pero les ofende —sin justificar extremismos que también ofenden— a quienes se sienten expulsados y agredidos, de una u otra manera, por un sistema político al que parece reverenciar Juanes con su visita a Cuba, sobre todo si no dice lo contrario.
Si Juanes se ha propuesto poner su granito de arena para la reconciliación de todos los cubanos —una causa, dicho sea de paso, esencialmente política porque es la política quien nos ha dividido—, tal vez un buen primer paso para lograrlo sería conseguir que el gobierno de Cuba, así como concederá visas a Miguel Bosé, Ana Belén, Víctor Manuel u Olga Tañón, otorgara el permiso de entrada para que junto a ellos, a Silvio y a Amaury Pérez Vidal, lo acompañaran artistas cubanos del exilio que tienen prohibido visitar su país, muchos de ellos amigos de Juanes: Willy Chirino, Gloria Estefan, Olga Guillot, Albita Rodríguez, Amaury Gutiérrez, Paquito D’Rivera, Arturo Sandoval…
¿Podrá gritar Juanes “¡Libertad!” —no democracia, sino libertad— en la Plaza de la Revolución? Ése sería su gran reto y la verdadera ayuda. Si lo lograra, entonces el objetivo del concierto estaría más que saldado. Porque hasta ahora lo único que ha logrado es justamente todo lo contrario de su pacífica misión: echar a pelear a los cubanos… ¡la cosa más fácil del mundo! Más fácil que sus fáciles canciones.
Repito lo ya dicho: Juanes puede cantar donde quiera y ponerle a su concierto el nombre que desee. No tendría ni que andar dando justificaciones. Pero debiera saber que Cuba no es un país normal. Para cantar en el Auditorio Nacional, sus representantes no tienen que ir a Los Pinos (la casa presidencial mexicana), pero en Cuba esa autorización es otorgada a los más altos niveles de la dirigencia de la revolución. Si canta en el DF, eso no les importa un cacahuate a los mexicanos radicados en Los Ángeles o Chicago, pero les ofende —sin justificar extremismos que también ofenden— a quienes se sienten expulsados y agredidos, de una u otra manera, por un sistema político al que parece reverenciar Juanes con su visita a Cuba, sobre todo si no dice lo contrario.
Si Juanes se ha propuesto poner su granito de arena para la reconciliación de todos los cubanos —una causa, dicho sea de paso, esencialmente política porque es la política quien nos ha dividido—, tal vez un buen primer paso para lograrlo sería conseguir que el gobierno de Cuba, así como concederá visas a Miguel Bosé, Ana Belén, Víctor Manuel u Olga Tañón, otorgara el permiso de entrada para que junto a ellos, a Silvio y a Amaury Pérez Vidal, lo acompañaran artistas cubanos del exilio que tienen prohibido visitar su país, muchos de ellos amigos de Juanes: Willy Chirino, Gloria Estefan, Olga Guillot, Albita Rodríguez, Amaury Gutiérrez, Paquito D’Rivera, Arturo Sandoval…
¿Podrá gritar Juanes “¡Libertad!” —no democracia, sino libertad— en la Plaza de la Revolución? Ése sería su gran reto y la verdadera ayuda. Si lo lograra, entonces el objetivo del concierto estaría más que saldado. Porque hasta ahora lo único que ha logrado es justamente todo lo contrario de su pacífica misión: echar a pelear a los cubanos… ¡la cosa más fácil del mundo! Más fácil que sus fáciles canciones.
Hay un viejo son tradicional que dice: “Mi mamá me dijo a mí/ que cantara y que bailara,/ pero que no me metiera/ en camisa de once varas”. Parece que Juanes nunca lo oyó allá en su natal Colombia o no le hizo caso al consejo, porque se ha metido en la pata de los caballos demostrando una vez más que de buenas intenciones está empedrado el camino de… la Plaza de la Revolución José Martí.
24 comentarios:
Excelente, abuelita. Una vez más diste en el clavo. No te pierdas en YOUTUBE la entrevista de Amaury Pérez en el programa de María Elvira. Si alguna vez te pareció que esa inefable criatura ya no podía ser más incoherente y desfachatado de lo que había sido, mira para allá, como decía su madre en Detrás de la Fachada.
Un abrazo grande,
C.
Bueno, amiga, no sé qué decir... La verdad es que me interesa bien poco dónde cante Juanes y quién cante en Cuba. Lo primero, porque realmente creo que es un músico mediocre y un autor de letras pésimo, como bien haces notar en tu entrada de hoy. Lo segundo, porque no le atribuyo ningún valor especial en lo político, a que un cantante, sea quien sea, cante en allí si no hace de su actuación una tribuna abierta contra el régimen, y eso, bien lo sabes, es hoy por hoy imposible. Creo, realmente, que el valor que puede tener ese concierto jamás trascenderá el mero entretenimiento para quines vayan a escucharlo y gusten de esa música. No creo que debamos darle mucha más importancia... Claro, es de suponer que, además de la baja calidad, que en mi opinión, tiene el cantante; el concierto resulte malo también desde el punto de vista técnico. Lo más normal es que no se escuche bien, no esté bien iluminado, resulte un caos organizativo, y lo pero de todo, que vaya acompañado de una cuantas heridas por arma blanca. Desgraciadamente en la Cuba de hoy este tipo de acontecimiento se adereza con puñaladas, no políticas, digo puñaladas de verdad, de las que matan. El hombre nuevo caribeño se "divierte" de esa manera tan suya... En fin, que no quisiera estar allí, te lo aseguro. Te abrazo.
Jorge
Que puede saber Juanes de la verdad cubana, cuando solo estubo 24 horas. Sabrá él que a los Santiagueros les llaman palestinos en la Habana y que los montan en autobuses y los envian de nuevo a su tierra? y que la policia siempre anda pidiendo identidad y el cubano que no tiene dirección en La Habana lo deportan para su pueblo de origen. Que papel tan ridiculo va a jugar ese alla en la isla, con los mismos cubanos; se le va acabar su fama hasta dentro de la propia isla. En Cuba se necesitan canciones de Libertad y no de paz, pues en realidad nunca hemos tenido guerra, a no ser la de Los Mambises; pues la susodicha revolucion del fulano, solo fueron tiritos sueltos por aquí y por alla y una que otra bomba en los postes de la electricidad de los pueblos grandes.
Saludos Odette muy buena tu opinion.
Maria Elena.
Gorda, divino como siempre tu comentario, llevo mucho sin internet y estoy en Ecuador (en casa de Eduardo) Pero qué rico entrar hoy y leerte, eso da esperanza y es lo que se necesita en la Isla, libertad para poder decir las verdades y esperanza.
Juanes me es tannn indiferente que "lo mismo me da, que me da lo mismo" pero que se cuide con los Miamitas, que le viran la torta y se convierten en Dinamitas y va a quedar toditico difunto, sin camisa, ni siquiera blanca.
Te quiero hermana.
LaPitu
Odette, tu Parque... 89 es lo mejor que he leído sobre el tema en cuestión. Debo decirte que por momentos me destornillé de la risa cuando analizas las letras del man. En fin, a quien Dios le dio San Pedro se lo bendiga, a ambos va a tener que recurrir para que este quilombo que ha formado por su "Concierto por la Paz" ¿? ¡En la Plaza! no tire al tacho su amplia venta de discos, aunque pensándolo mejor, le haría bien al idioma.
muy bueno, amiga, personalmente como es la cercanía y el intercambio lo que en verdad daña el regimen cubano, que el aislamiento en isla cerrada queda (la entrada de la Comunidad abrió tantos ojos) pues estoy porque Juanes o quien quiera vaya a Cuba y cante y baile. y me ha encantado tu análisis de las canciones. me haces pensar que hasta su nombre es una "mitad", combinación de Juan y Esteban. un abrazo, rita
muy bien escrito si me lo preguntas, y estoy completamente de acuerdo, de que , de buenas intenciones esta empedrado el camino del infierno",claro que yo perferiria cuentas claras conservan amistades" en este caso y como has mancionado no creo que juanes sea un ejemplo de locutoria, a mi me vale tres pepinos porque no me llama escuchar al ekobio""( yo siguo como tu aferrado a serrat)es mas que ni se de que hablan, pero escierto que me disgusta que se den mas alas a un gobierno dictatorial y obsoleto. un abrazo goty.
El discurso de Juanes denota un hombre que desconoce la realidad cubana, es demasiado ingenuo.
El concierto no estara dedicado a ni a la paz y a la sociedad civil cubana como el sostiene.
En Cuba no hay guerra y mucho menos una sociedad civil porque ninguna institucion es independiente al gobierno ( CDR, CTC, Sindicato, FMC, FEU, etc.) Tampoco Amaury Perez Vidal se atreveria a promover un concierto en el centro del poder politico y militar cubano sin previo concenso de los castristas.
Mi querida, debo confesarte que nunca oí ninguna canción de Juanes y no por prejuicio sino porque acostumbrado a escuchar buenas letras no soportaría ese atentado al idioma, por otra parte como estoy Brasil, fuera del eje de la cubanidad hay temas que realmente demoro en comprender. Tengo puntos de coincidencia con tu artículo y pienso que estamos en un momento de construir puente y no de cerrar ventanas.
¡Hola chica! Hermoso parque, como siempre. Igual que Escombros nunca he escuchado nada de Juanes, lo que probablemente se deba a que vivo mimetizada en cactus en medio del desierto, pero de veras, eso del concierto "por la paz" en medio de la plaza me parece una tontería mayúscula. Quién sabe, a lo mejor el hombre tiene buenas intenciones pero híjole que las disimula bien...
... de todos modos la experiencia ha demostrado que el intercambio ayuda ha cambiar la mentalidad.
Cuando los inicios de los llamados Viales de la Comunidad, la gente cambio. Pepito ya no queria recibir los tios internacionalistas, preferia incluso dar tres tios internacionalistas por uno de la Comunidad.
Aun cuando la delegacion de Juanes ha pactado silencio ha cambiado de musica, siempre tendra tiempo de que los artistas cubanos se comparen y oigan personalmente criterios distintos.
Esta es la linea de trabajo de la nueva adminstracion de EEU; el intercambio de ideas con amigos extranjeros, de libros (...) nos hizo mas libres y por ende divergentes y contestarios.
Bravo brava.
Mi querida Odette, está buenísimo lo que has escrito sobre Juanes, tienes madera para rato. Me lo he disfrutado como no tienes idea y también quería contarte que ya alguien lo copió y está llegando por correo electrónico. A mí me ha llegado tres veces. Abrazos.
Dina
Acabo de escribir un artículo sobre el concierto de Juanes en Cuba que por supuesto ha causado mucha polémica. Si tienes un momento, me gustaría que compartieras tu opinión conmigo sobre el concierto en los comentarios de mi blog. ¡Gracias! :)
¡Magnífico análisis, santiaguera!!! Suerte que no tengo que sudar la gota gorda tratando de poner negro sobre blanco lo que pienso - basta con apretar el botón "Parque del Ajedrez", y ya tá. :-))
Besos,
Pablo
Hola Odette:
No me gusta Juanes. Nunca lo he oido con "conocimiento de causa". Tampoco me gustan Willy Chirino, Gloria Estefan, Olga Guillot, Albita Rodríguez, Amaury Gutiérrez y Paquito D’Rivera, entre otros. De tu lista, de los de Miami, sólo me gusta un poquito Arturo Sandoval. Creo que más "ingenuo" que Juanes es Willy Chirino, él sabe que nunca le van a dejar hacer nada en La Isla. Ojalá Juanes consiga lo que no pudo ni el Papa Juan Pablo II (al que por cierto, no sé si los de Miami le quemaron todos sus "discos" también cuando "cantó", no sólo en la Plaza de la Revolución, sino en todas las plazas posibles de La Isla, cuando estuvo por allí). Debo aclarar que entre cualquier Papa y Juanes, prefiero a Juanes, incluso a Willy Chirino y compañía. Lo que intentaba decir es que ojalá Juanes y todos los que pasen por allí puedan hacer que las olas de las dos costas cubanas dejen de fomentar los huracanes de una vez y por todas. Ojalá llegue la tan deseada tranquilidad para los que viven allí. Por esa Isla pasa muchísima gente importante en el mundo del espectáculo en general y cantan y bailan y singan y hacen de todo, absolutamente de todo con el consentimiento o no de las autoridades y no ha pasado nunca nada. Si no hubiera sido por la intolerancia y esa actitud tan parecida a la de los Castros que tienen algunos en Miami, no nos hubiéramos enterado de este concierto, o quizás sí, en alguna crónica de algún periódico diciendo lo que ya todos sabemos.
No sé si va a poder pedir abiertamente libertad y demás en la Plaza, pero desde luego que con lo que le están haciendo en Miami donde va a tener que pedirla es allí.
Suerte a Juanes y a todos los que desde la tolerancia y el respeto hacen que la gente vaya, cante y haga lo que quieran en cualquier lugar del mundo.
Saludos.
Excelente y ademas, tiene la camisa negra porque negra tiene el alma!
Vaya a cantar al parque, como se diria en buen cubano!!!
Un abrazote
Nancy Estrada
difícil mi querida Odette, cómo entender o comprender ese tipo de cosas que se salen del sentido común. mi solidaridad completa hacia ti y toda la gente que no puede traspasar el mar y visitar su casa, su tierra, ver a su familia. Me quedo sin palabras Odette.
envío un enorme beso y un abrazo fuerte y poderoso.
Sera inevitable porque las condiciones internacionales son mas favorables al saberse la tolerancia de EEUU con estos intercambios. Notese Bien que Juanes primero tuvo el visto bueno de la secretario de Estado H. Clinton.
Ya la gente va y regresa sin esconderse y sin mayores problemas legales.
Se habla de elimar el embargo, de permitir el intercabio academico incluso de permitir a los norteamericanos ir a Cuba.
Se ve venir una gran ola de oportunidades para ir a Cuba y mucha gente lo hara hasta convertirse en algo normal, no habra escandalos ni censuras incluso iran artistas prohibidos por el gobierno cubano.
En lo personal eres mi amiga, discrepo contigo y nada pasa.
Es bueno que Juanes abra el camino, los proximos lo haran de mejor manera.
¡Totalmente de acuerdo! Y eso que a mi me gustan sus canciones...
Como siempre, eso es tipico del gobierno cubano, se abre de patas a todo lo foraneo y le pisa la cabeza a los nacionales. Por que no dejan cantar a Willy Chirino en la Plaza Civica de la Habana?, ahi si van a ver un pueblo entero, bailando y tarareando las canciones.
yo les dejo mis comentarios de todas meneras.
nunca este Sr. ha tenido nada en sus canciones ni en su musica tiene que sobresalir de alguna manera y los escojidos por el somos nosotros los cubanos que el concidera los menos ofencivos e infelices. en su carrera habra un antes del concierto y un despues del concierto que se prepare para el despues
Interesante tu comentario, tu enfoque, al concierto de Juanes.
No habia reparado en la total incoherencia y el "desmadre" como dicen en la tierra que habitas, de las letras de sus canciones.
Pobre Manco de Lepanto, de verdad no se merece esto.....
Oye, Odette, te la comiste, no dejaste para nadie más. Sabes que he hecho más de siete post sobre el asunto, pero esto pone el broche en la discordia, al menos de los que sabemos qué se trae el colombiano, que va más allá del DESCONCIERTO y del romanticismo barato de pavonearse con los grandes de la Nueva Trova Cubana, al menos con Silvio, y por qué no, con lo que significó Cuba para Latinoamerica en la década del sesenta. Te invito a ver mi post del domingo y establece tú misma las conclusiones.
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