martes, 6 de mayo de 2008

Lesbos y las lesbianas

Cartel publicitario de la serie The L Word



El 10 de junio en Atenas, un tribunal deberá determinar si le ordena cambiar su nombre a la Comunidad Griega de Homosexuales y Lesbianas (OLKE), debido a que tres ciudadanos de Lesbos han interpuesto una querella porque consideran que “la identidad histórica y regional y la personalidad de sus habitantes” se ven insultadas con el uso de su gentilicio para llamar a las mujeres que gustan de otras mujeres. “Nuestro destino geográfico ha sido usurpado por ciertas damas que no tienen relación alguna con Lesbos”, agregó Dimitris Lambrou, uno de los demandantes y director de la revista cultural Davlos.
Como “una broma de mal gusto que bordea la discriminación” calificó el hecho Evangelia Vlami, una portavoz de la organización griega, mientras Lambrou se queja de que su hermana “no puede decir en público que es lesbiana”… Algún problemilla tendrá la señorita Lambrou, digo yo, porque hasta ahora ninguna nacida en esa isla griega se había puesto tan punkie.
Los solicitantes afirman, como si la hubieran conocido, que Safo no era lesbiana… Bueno, lesbiana sí era porque allí nació —aunque dice la Real Academia Española que el gentilicio correcto es lesbio/a—, pero que no tenía esas pervertidas costumbres. Que era casada y con hijos… Ay, Lambrou, por favor, qué me cuentas que no haya visto mil veces… El asunto es que tendrán que ir pensando en poner su denuncia no ante el Tribunal de Justicia Europeo, como amenazan si no son favorecidos con la decisión del juez ateniense, sino ante la ONU o la Confederación Intergaláctica porque, a estas alturas, quién les quita el título de lesbianas a todas las marimachas del universo.
Aunque tal vez no sea tan grave el asunto del despojo nominal porque, a propósito de esta exigencia de Lambrou y compañía, el sociólogo colombiano Manuel Velandia convocó en su casa a un grupo de amigas homosexuales confesas y practicantes, más o menos autoaceptadas y autoasumidas, que consideraron “terrible, despectivo y discriminatorio”, aunque “políticamente correcto”, el término lesbiana y no alcanzaron a ponerse de acuerdo acerca de cuál calificativo usar para denominarse a sí mismas. Y la verdad es que a mí, en lo personal, lesbiana me parece, como se diría en Cuba, una palabra picúa, es decir, ridícula y rebuscada, con esa combinación de “s” y “b” alta tan difícil de pronunciar que pareciera atorarse entre la punta de la lengua y el paladar.
Pero si hay que nombrar las cosas para que existan y luego puedan visibilizarse —ese otro término tan moderno y agringado—, ¿cómo reconocernos, entonces, si en esta lesbiandad nos hallamos como a la fuerza? Ni modo que la ONU, ese organismo tan aséptico, nos llame tortilleras, bolleras o areperas —acepciones domésticamente culinarias que refieren la acción de amasar las harinas— precisamente ahora que nos esforzamos en limitar los carbohidratos y las grasas trans de nuestra dieta planetaria.
“¡Mira que comen mierda!”, me dice mi amiga Ena y tiene razón. Porque mientras en querellarse se entretienen aquellos lesbianos/as del primer mundo, ahí mismo en la Colombia de Velandia, en la ciudad de Manizales, por admitirlo públicamente dos muchachas de 16 y 17 años de edad han recibido infinidad de humillaciones en un colegio que se llama nada más y nada menos que Leonardo da Vinci. Cuando debieran estar impuestas y permeadas del universal espíritu humanista y gay del gran artista italiano, las autoridades de la preparatoria prefirieron negarles el cupo. Ellas solicitaron una acción de tutela al libre desarrollo de su personalidad que fue fallada a su favor, por lo que se ordenó su inmediata reintegración escolar. Pero el pasado 25 de abril, cuando fueron a matricularse en décimo grado, cientos de compañeras las recibieron con rechiflas y carteles de rechazo. Magola Franco, la directora del colegio, dijo que no podía hacer nada por evitar el altercado, porque el resto de las estudiantes tenían derecho a la protesta.
Todo el alumnado, concentrado en la cancha de básquetbol, gritaba a coro: “No las queremos, fuera de aquí”. Si usted accede a este video, se le pondrán los pelos de punta y le rechinará el alma de coraje e indignación como me ocurrió a mí. La estudiante organizadora de la protesta dijo a la prensa que los actos no eran en contra de las niñas, sino que buscaban proteger la “integridad del colegio y de nosotras”. Estas muchachitas colombianas del Da Vinci, como los hermanos Lambrou de Mitilene, no quieren ser identificados como “puras lesbianas”.
Cómo no van a pensar así, me pregunto, cómo no van a sentirse “ofendidos”, si a gays y lesbianas se nos sigue identificando con locas de carroza o bomberos; si el tratamiento en los medios va del extremo de las increíblemente bellísimas muchachas de The L Word a la caricaturización tenebrosa, marginal o mamarrachesca en el otro extremo; si todavía estas noticias como la que hoy comentamos aparecen en Youtube y otros portales relacionadas a videos de lesbianas cachondas y juguetonas que siguen siendo la fantasía hot de tantos hombres y de algunas lesbianas que priorizan la curiosidad sexual por encima de la condición humana.
Es el resultado de conceptos profundamente arraigados en la sociedad durante siglos de segregación y del desconocimiento de los principios básicos del comportamiento sexual, porque la homosexualidad no es una epidemia que se contagie. Y si lo fuera… ¡a correr liberales de Perico!, como dirían en mi patria, porque no los salvará ni el médico chino. Y mucho menos esos terapeutas que hicieron la semana pasada en México su congresito de cómo sanar la homosexualidad no deseada.
En pleno siglo XXI, después de todo el trecho andado desde Safo hasta acá, indigna seguirnos enterando de —y viviendo— casos de crímenes de odio por homofobia y discriminación consuetudinaria, redadas y detenciones que violan todas las normas del debido proceso, como la del actor, activista y empresario Tito Vasconcelos en la ciudad de México la semana pasada.
Hace un año, estando en España, leí la noticia de que, para “salvaguardar su honor”, Paulina Rubio había demandado por seiscientos mil euros a Dónde estás corazón, programa de espectáculos de Antena 3, por haber sugerido que ella era lesbiana. La jueza encargada del caso desestimó la querella “por cuanto la condición de homosexual de una persona en la actualidad no debe ser entendida como deshonrosa”. Pero España va diez pasos delante de todos nosotros. Allí las izquierdas son izquierdas y los derechos son derechos. Y no es un simple juego de palabras. Juezas como ésa, que le pongan los puntos a las íes, necesitamos por acá y también en Mitilene.

10 comentarios:

Jo Ruiz dijo...

Odette, sólo discrepo profundamente del último párrafo de tu post. ¿Realmente crees que en España las izquierdas son más de izquierdas y las derechas más derechas? ¿Acaso la defensa de los derechos civiles es algo privativo de la izquierda? Me asombra que digas eso, sabiendo lo profundamente homófobo que han sido todos los régimenes de izquierda. En España, somos muchos los que votamos derecha(centro) que también estamos a favor de las uniones homosexuales, pero no me gusta la Ley de ZP porque la considero claramente electoralista,además de insuficiente. Queremos una Ley que beneficie a todo el mundo, estén casados o no, sean gay o no. Que tengan derecho a cobrar pensiones-porque de eso se trata, no nos engañemos-tanto como el que convive con su prima o su cuñado como el que convive con su amante, amanta o su perro. El problema de la Ley española es que beneficia a un colectivo pero desprecia u olvida los derechos de otros como son las parejas de hecho o las prostitutas(que tampoco son enfermas mentales).
Volviendo a lo de las izquierdas. ¿Realmente se puede creer en un individuo como Pedro Zerolo(el líder gay español) que tiene como ídolo nada más y nada menos que a Ernesto Che Guevara, el perseguidor de homosexuales por excelencia?
Yo, francamente, prefiero una Ley más universal que no divida tanto a los españoles y que no perjudique a unos por beneficiar a otros por mor de unos votos.
La que se aprobó en el Distrito Federal, por ejemplo, me parece la más adecuada a nuestros tiempos. Aunque, claro, México es mucho México, y allí el "machomán" todavía manda mucho. También prefiero los "PACS" que aún estudia el parlamento francés.
Por lo demás, estoy de acuerdo con vos. Y sabes perfectamente que yo no soy nada sospechoso de ser homófobo.
Saludos

Anónimo dijo...

Muy bien Odette... Y con sentido del humor que es más sano. Cómo si no se puede hacer frente a esos anacronismos.
Dices bien: en España esas cosas suenan muy raro. Aunque homófobos hay en todas partes, aquí ya no tienen coro. Cuando eventos como los que relatas son noticia quiere decir que la cosa mejora. Fíjate cuánto ha mejorado en los últimos veinte años. El cambio en ese terreno, como en tantos otros, es imparable... Una vez más gracias por tu texto.
Un fuerte abrazo,
Jorge

Anónimo dijo...

De acuerdo Odette, es un apalabra picúa, l(L)esbia me gusta más, por una tal Lesbia que era ambidextra y qué manera de amar pasionalmente a la dos manos, que eso, según ciertos entendidos no yo(que el Evangelio me lo prohíbe) es lo máximo, mamey, diríamos en Cuba. Bravo por nuestra Ena: “¡qué manera de comer mierda, con tantas cosas urgentes que hay que atender en el mundo! Y ya ves, en sitios más “desarrollados”, también discriminan, o incriminan.
Y con el mayor respeto, ya esto viene jodido desde el Génesis, Sodoma y Gomorra, sin compasión, leña y candela contra esa gente.
Y de aquí no te asombres: cómo sanar la “homosexualidad no deseada” es como decir “cómo sanar la pasión creadora no deseada”. De tranca más bien.
Bien, como diría el poeta, “En fin, el mar”. Cariños: Félix Luis

el goty dijo...

decia serrat:"por eso es que a mis amigos los mido con vara rasa, los tengo bien escogidos , son lo mejor de cada casa"mis grandes amigos de todos los tiempos son homosexuales, y en mi opinion , mas valentes e integros que la mayoria de los que se llaman a si mismo heteros; (en el caso de los varoncitos "machos")un dia uno de esos heteros me pregunto porque tenia tantos amigos (y amigas) gays,le conteste que mi interes era su amistad no sus preferencias sexuales , un abrazo niña..

Jo Ruiz dijo...

Por cierto, el periódico EL PAIS, vocero oficial del Gobierno español, está obsesionado con atacar siempre a la Iglesia Católica,como si todos los católicos siguiésemos al pie de la letra la doctrina del Vaticano.
Zapatero está cometiendo el error de que aquí en España empiece a asociarse religión católica con homofobia, cuando todo el mundo sabe que hay millones de gays que son católicos. Una cosa son los errores de juicio de la alta jerarquía católica, y otra cosa es la religión como tal.
Además, de cierto modo se está insultando también a la Iglesia Católica cubana que, en los momentos más duros de la persecusión a los homosexuales sirvió a éstos como refugio y ayuda espiritual.
Una cosa es no estar de acuerdo con el Vaticano o con la Conferencia Episcopal(yo no lo estoy en muchos puntos, siendo católico profundo), y otra cosa es atacar el sentimiento religioso de millones de españoles. Y eso es lo que últimamente están haciendo ZP,Zerolo y EL PAIS.

Alejandro Marré dijo...

Siempre dije que muchos de los problemas de la humanidad son meramente gramaticales!!! Te saludo Odette, me gusta lo que escribes....
alejandro marré

Investigador Manuel Velandia dijo...

Me alegra encontrarte en tu blog. Rica nota. Un abrazo
Manuel velandia Mora

Anónimo dijo...

La verdad, cuánta tontería se pretende, o se hace, y cuánta injusticia por algo que es tan natural como que las personas acepten ser ellas mismas, cada quien que haga lo que quiera con su mente y con su cuerpo, todos somos seres humanos y basta, con eso es suficiente para tener el respeto, pues todos somos dignos de ese respeto, la dignidad es una condición propia de los seres humanos y no podemos menospreciar a quienes no tengan la misma inclinación de la "mayoría", sencillamente las noticias sobre todo lo de Colombia, con estas niñas, es indignante, y tenemos que seguir luchando, no con las armas pero sí con la palabra y con la escritura sobre todo, para que la gente cambie su manera de pensar.
Un abrazo,
Sara

LA REDACCIÓN dijo...

¡Bravo, Odette! Un gran abrazo para mi cubana favorita.

Leticia Vaninna.

Karina Ortiz dijo...

Hola Odette, coincido profundamente con tu postura, me regodeo en este parque, me re/creo, como mujer, mente viva, poeta (por favor nunca más poetisa) y lesbiana. Ya no supe si siempre sí vió la luz Alforja de poesía lésbica, ¿qué´ocurrió?, y bueno, espero un día de estos asistir a una lectura o taller que impartas, a decir verdad me encantaría, sería un honor, o si algún día vienes a Querétaro o Mérida (donde oscilo, auqnue de intermedio suelo visitar el df)un gustazo!. Con admiración:

Karina Ortiz