martes, 15 de abril de 2008

El enorme mito de la educación cubana

Escuela Secundaria Básica en el Campo (ESBEC)


Un muy querido amigo español casado con cubana acaba de contarme que su sobrino, que vive en la isla, no tuvo clase la semana pasada porque su maestra emergente se la tomó libre. No era vacaciones; ella simplemente no fue a trabajar y la directora repartió a los niños de su grupo entre otras aulas ya atestadas de alumnos. Al sobrino le tocó con una maestra que, en medio de las explicaciones, como quien matiza la charla, decía pinga y cojones constantemente. Cuando los demás muchachos vieron que el sobrino evitaba repetir aquella jerga, lo acusaron de maricón y se rieron de él. La maestra también se rió y le dijo, gesticulando con toda la cara y moviendo las manos: “No se puede ser tan burguesito, cojooone”.
Su maestra oficial regresó el lunes a clases y el martes lo regañó fuertemente porque el sobrino de mi amigo se atrevió a ir a clase un día de lluvia. Ella le explicó con detalle, como corresponde a una buena mentora, que cuando llueve hay que aprovechar… Lo cual quiere decir, en perfecto cubano, faltar a la escuela y al trabajo. Asombrado con la anécdota, que le parecía como de otro mundo, mi amigo le preguntó a su cuñada por qué no cambiaba al niño de grupo. Ella respondió: “Ni muerta; esa maestra falta, pero al menos no los insulta ni escribe con faltas de ortografía”.
Pues déjame contarte, le dije a mi amigo, que la seño de Camilo, que es una chusmita de chancletas metededo y bajichupa que se llama Yusimí… ¿La de los Reyes Magos?, me interrumpió él… ¡Esa misma!, la que les dijo a los niños de cinco años en preescolar que los Reyes no existían, que no fueran comemierdas… Como ésa también falta mucho, un día mi madre le propuso a Piri que cambiaran de aula a Camilo y mi hermana respondió lo mismo: “¡Ni muerta!”. Porque entonces, aunque fuera a distancia, Yusimí le iba a hacer la vida imposible al niño por haberla "traicionado" y dejar en evidencia las razones que había para pedir el traslado.
Y lo de la lluvia siempre ha sido así. Cuando digo en México —ciudad en la cual de junio a septiembre llueve todas las tardes a partir de las cinco y hasta la mañana siguiente— que en Cuba a la primera lloviznita —¡ni qué decir de los ciclones!— no íbamos a clases y en los registros de asistencia los maestros ponían L L U V I A, vertical, letra bajo letra de la primera a la última línea, no quieren creerme.
Pero déjame decirte, insiste mi amigo, que mi sobrino no estudia en un tugurio de Regla, sino en una escuela privilegiada del Nuevo Vedado. Y me cuenta que como ése es un barrio residencial de antiguos burgueses y altos funcionarios del gobierno —gente bien se diría por acá—, para que admitieran al niño, al que “no le tocaba” estudiar allí, su cuñada tuvo que sobornar a la administración escolar con dinero que los tíos mandaron puntualmente desde España. No es escuela de muchachos marginales, no, dice mi amigo: los llevan en carros hasta la entrada; ellos van con mochilas de marca, pantalones Levis, MP3 para escuchar música y meriendas con chocolates y otras cositas que sólo se compran en las tiendas de dólares. O sea, nada que se parezca a una escuela “normal”, como la de Camilo, por ejemplo, en Centro Habana.
“Hijos de yegua”, le cuento, nos decía Orestes Sánchez del Campo, el profesor de física de octavo grado, en la mejor secundaria de Santiago de Cuba en los años setenta. Pero, entonces, era una excepción. Nuestros padres fueron a protestar a la dirección por el maltrato y la grosería. Qué tiempos aquéllos… ¿Algún padre protestará ahora que pinga, cojones y sus múltiples sinónimos y derivaciones —tranca, tolete, mandarria, morrongón, similares y conexos— son el idioma cotidiano fuera, pero también dentro de las aulas?
Con las migraciones, esa desgracia rebasa las fronteras. Efraín, que es teacher de un college estatal en Miami, tiene en su aula adolescentes de muchos países latinoamericanos, revoltosos y rebeldes como todo teenager, pero ninguno como los cubanos —¡y las cubanas!—, que se le paran en medio del aula, con las manos en la cintura y moviendo el piecito —bien sabemos los cubanos cómo—, y le gritan: “¿Qué pinga le pasa al calvo e’ mierda éste?” Y cuando los reporta a la dirección, los papás llegan reclamando por qué el singao del maestro la tiene cogida con sus niños.
Es duro decirlo, pero mucho de esto tiene que ver con el hecho de que la figura del maestro perdió prestigio y respeto cuando dejó de ser un genuino transmisor de la sabiduría, que parece interesar a muy pocos en estos tiempos, y se convirtió en un papagayo del conocimiento. ¿Cuántos de los actuales docentes se dedican al magisterio por vocación? La mayoría de quienes estudian pedagogía —en Cuba y en el mundo entero— son los que no pasan los exámenes o a quienes no les alcanzan los puntos del escalafón para inscribirse en medicina, ingeniería, derecho o arquitectura, publicidad o informática. Cargan, además, con la frustración de ejercer una profesión que tampoco les da grandes satisfacciones de orden económico, porque suele ser de las peor remuneradas. Quienes enseñan, pues, a nuestros hijos son de los peores profesionales. Y ese círculo macabro perpetúa una educación mediocre en el mejor de los casos; totalmente inutilizante y deformadora la mayor parte de las veces.
Y ésos ya mencionados —la irresponsabilidad y la falta de compromiso, la deplorable educación y la mala formación profesional de los maestros; las diferencias sustanciales entre las escuelas a las que van los hijos de los dirigentes y a las que asiste el resto del pueblo; los sobornos para lograr cambios— no son los únicos vicios y desaciertos del sistema educativo cubano. Sería eterno adentrarnos en detalles tan escabrosos como el contenido “orientado” de los planes de estudio, la vigilancia estricta a los docentes para que no vayan a decir algo diversionista o contrarrevolucionario (pinga y cojones sí pueden decir a gusto; ésos son atributos del hombre nuevo), la adscripción absoluta a la doctrina y a la metodología marxista-leninista sin permitir el menor acercamiento a ninguna otra corriente de pensamiento contemporáneo, la censura sobre los temas tabúes y los autores prohibidos —generalmente relacionada con la política y la ideología—, el calamitoso estado de los planteles y del material didáctico, el atraso tecnológico, la limitada distribución de uniformes escolares que sólo pueden ser adquiridos en una temporalidad increíble (cada tres años).
Cuando veo el comercial de las películas piratas —donde la mamá llega a la casa con una cinta chafa y el niño dice que no necesita estudiar porque ya compró el examen; “Las películas piratas se ven mal, pero tú como padre te ves peor”—, me acuerdo de los exámenes robados. En los setenta era costumbre que una noche antes de su aplicación, las pruebas finales de matemática, física y química fueran sustraídas de los Bungos, una cadena de ESBEC [internados de educación secundaria ubicados en el campo] en las afueras de Baire, población situada a unas dos o tres horas de Santiago de Cuba. Tal vez los “pagaba” con sexo alguna muchacha al profesor de la materia, al jefe de cátedra o hasta al inspector provincial —que en Cuba el sexo es mejor moneda de cambio que el dinero (o al menos lo era en aquellos tiempos)—; tal vez las robaban los alumnos más avezados en las artes del “toma lo que no es tuyo”, ampliamente practicadas en ese tipo de escuelas. Tal vez las entregaban los propios maestros para garantizar que todos los estudiantes pasaran de grado. Porque entonces eran muy estrictas las campañas promocionistas que obligaban a los profesores, a riesgo de ser incluso expulsados del sistema educacional, a promover al 100% de los educandos aunque no supieran ni jota. El que se atreviera a cuestionar esa instrucción nacional o a suspender a un estudiante, así fuera el más bruto, tenía que responder en asamblea pública y se llevaba una llamada de atención a su expediente laboral.
Vaya usted a saber cómo salían de los Bungos esos exámenes y llegaban a Santiago en plena madrugada, a veces ya resueltos. Teniendo en cuenta que las escuelas estaban en el fin del mundo, que se accedía a ellas por caminos vecinales y terraplenes alejados de la carretera central y que en Cuba el transporte interprovincial es limitadísimo, no es descabellado pensar que el traslado lo hacían personas que tenían carro… ¿Y quiénes eran los únicos que tenían carros en Cuba?... Respuesta correcta: los dirigentes.
Cuando no “se conseguían” previamente, había profesores, incluso de los más rigurosos o respetados, que resolvían el examen en la pizarra, como si fuera un ejercicio de clase, y nos instaban a copiarlo rápidamente mientras alguno de sus compañeros, o algún alumno, vigilaba desde la puerta que nadie se acercara y los sorprendiera. Pura faramalla, porque todos sabíamos que esas “medidas” eran necesarias para que la escuela mantuviera su lugar destacado en la emulación socialista y no enfrentara reprimendas o castigos del Sectorial de Educación o del Partido provincial.
Ya sé que van a decirme que esto pasa, más o menos, en cualquier país, mucho más tratándose de escuelas públicas o como le llaman en México: de gobierno. Tienen razón, claro que sí... ¡también en Cuba!

15 comentarios:

Anónimo dijo...

El fraude academico es tambien una verdad del sistema educacional cubano. Yo fui estudiante de "Los Bungo".
Los profesores nos repasaban los examenes por orientacion del Director quien a su vez tenia el beneplacito de los superiores.
Eramos reunidos de madrugada en el teatro y el Presidente de la escuela nos decia la prueba, afuera todo el Consejo de Direccion cuidaba; nuestra escuela se conviertio en Vanguardia Nacional y nuestro Presidente en Miembro de la FEEM Nacional, luego estudio filosfia Marxista Leninista mas tarde fue miembro de la Direcion Nacional de la FEU, dirigio la UJC y el Partido en Santiago de Cuba.
La historia no es particular de mi escuela, de Los Bungos, tampoco de mi Presidente, es una politica oficial de Gobierno y un comportamiento en si mismo de doble moral.

Camilo Venegas dijo...

A los cubanos, Odette, nos fascina mitificar. Si de algo me ha servido vivir en un país tan parecido y tan diferente al nuestro como lo es República Dominicana, es para reconocer(me) de una manera más simple, sin todas esas sobredimensiones que nos habían inculcado. Este parrafito es mi jugada de hoy, en el sempiterno Parque del Ajedrez

el goty dijo...

siendo profesor de la escuela de belleza(escuela para peluqueras y tecnicos de maquillaje; (enseñaba historia del arte)recuerdo un momento en que emocionado por poder mostrar algo qure en mi opinion les haria la vida mas leve; le smostraba el david de michelangelo como el sum , plus de la belleza masculina, perfecto segun los canones de fidias, cuando una de mis alumnas levanta la mano y pregunta: como puede ser perfecto, si tiene la picha tan chiquita" . eso es un pequeño pero claro ejemplo del mito que con tanto acierto nos dice odette.

Anónimo dijo...

Querida amiga, no te mortifiques por eso, be happy, pues donde quiera cuecen habas; por ejemplo en las grandes metropolis, se venden titulos de médico, maestros, enfermeras, etc, etc. Aqui es muy comun en las noticias medicos que llevan 10 años haciendo consultas de todo tipo de especialidades, que no son médicos y solo compraron los titulos hechos por quien sabe quien.
Ahora bien, parece que nuestro idioma esta colmado de palabras groseras, pues cuando fuí a España en el aeropuerto de Baraja, a plena 3 de la madrugada pedí un cafe en una de las hermosas cafeterias que existen allí, y le dije al dependiente: pero fijese al estilo americano, parece que eso le sacó ronchas al gallego y dijo: de donde putas habrá salido esta payasa y como buena cubana me obligó a decirle a él , pues del mismo circo que salio la puta de tu madre.
Pero eso no fue nada en comparación a mi llegada a la preciosa ciudad de Málaga, donde el taxista que me llevaba para el hotel le gritaba a otro por la radio !oye maricon, no seas hijo de puta y ven para el aereopuerto que está colmao de gentes!; el tipo dejó su radio encendido y en el trayecto del aereopuerto al hotel pude oir mas de 100 malas palabras, por lo que pensé no voy a protestar por esto, pues parece que aqui en la Madre Patria todo lo acompañan con un : no me jodas, vete al carajo, cabron etc, etc. Pues entonces fijate querida amiga los cubanos tienen que decir malas palabras, ya que de tal palo, tal astilla.
Cariños y un fuerte abrazo,
Maria Elena.

Anónimo dijo...

Odette, me gustó mucho este texto. Cuba es ahora mismo una suerte de "Haití con historia" en todos los sentidos. Creo, sin embargo, que el trance que atraviesa la educación en la actualidad es coyuntural. Te lo digo con total honestidad. Si el país encuentra vías hacia escenarios propicios al renacimiento, los posos de nuestra educación --ahí estás tú pensando y escribiendo amén lo que cuentas sobre aquellas escuelas donde estudiaste-- ayudarán mucho en ese proceso. Que no se pueden barrer la psiquis social y la memoria histórica de un pueblo en dos o tres generaciones, que no. Qué problema tan complejo, amiga mía. No me puedo extender ahora porque estoy muy ocupado, pero te prometo una reflexión más amplia cuando encuentre un rato. En cualquier caso, gracias como siempre por no inhibirte ante asuntos esenciales, por zambullirte en ellos y salpicarnos con tu memoria y tu lucidez.
Un fuerte abrazo,
Jorge

María José Mures dijo...

La educación está en todos lados igual.

Anónimo dijo...

Cariño:
No se precisarte si con el decursar del tiempo, el sistema educacional cubano, ha caido en crisis o si esta crisis es mundial. No es menos cierto que muchos de nosotros compramos pruebas o tuvimos un amigo que la compro y nos la paso como si aquello fuera lo mas natural de la vida en uno de los parquesitos aledaños a las escuelas (yo les confieso que gracias a ello aprobaba la dichosa quimica), pero como la promocion era obligatoria, no siento remordimientos por las veces que lo hice, a fin de cuentas, para nada me ha servido esa asignatura. Pero considero que si me hubiera gustado la mitad de lo que me agradaban las clases de Historia Antigua, Biologia, Geografia y Literatura, hubiera puesto de mi parte para no llegar a la vejez conociendo solamente la formula del agua.
Yo pienso que de alguna manera nuestra generacion fue la ultima que tuvo el privilegio de estudiar con maestros que sentian verdadera vocacion por enseñar. Pero las cosas se complicaron cuando el pedagogico se convirtio en la unica opcion para los alumnos que no tenian buen escalafon: claro, si estudias algo que no te gusta, ya por compromiso con los padres o porque te lo imponen como deber para con la patria, seguro que la resultante es un profesional mediocre laboralmente.
Ahora bien, dejame decirte que, aun con la mala calidad del profesorado actual cubano, los niños que ingresan a este pais en el sistema de educacion procedentes de Cuba, estan mejor preparados que cualquiera de sus compañeritos de aula. Lo que pasa es que tu no vas a ser mama o abuela como yo para lidear con esta situacion. Horror y horror!!! Cómo pierden el tiempo en esas aulas, cómo se inventan paseos y excursiones para no estar frente al alumnado, cómo dan vacaciones y dias feriados y cómo mandan tareas para las casa que a fin del cuento termino haciendo yo o dandole las clases a mis nietas para que puedan cumplir con las asignaciones. Y no creas que solo son las escuelas publicas, las privadas te garantizan la promocion siempre y cuando tengas con que pagar.
Aqui el problemas tiene mayores dimensiones, porque cualquier niño tiene acceso a la tecnologia y la aplica a diario en el aula, pero si ese mismo niño, de adolecente va a hacer un part-time a un supermercado y las computadoras estan fuera de servicio un rato, ese dia el dueño tiene que cerrar el negocio porque no saben calcular y darte los vueltos. Lo mismo pasa con los medicos, que son incapaces de diagnosticarte una neumonia a punta de estetoscopo como lo hacen los galenos cubanos. Como veras, no todo lo que viene envuelto en papel de regalo es del todo bueno.
Pero muy a pesar de que no todo el magisterio cubano cumpla con los conocimientos y requisitos para impartir clases, quedan otros que hacen hasta lo imposible por rescatar la calidad de la labor docente. Te acuerdas de mi tia Corina? Bueno, es mas popular que cualquier actriz de telenovela y todo gracias a las excelentes clases que imparte en el Canal Educativo. Hace unos meses, en Santo Domingo, hablando respecto a la educacion en Cuba, les comente a las personas con las que conversaba que ella era tia mia porque los programas gozan de muy buena reputacion en esa otra isla caribena y con toda razon. Supongo que si Repilado estuviera vivo diria con orgullo: "Corina fue una de mis alumnas favoritas a lo largo de toda mi carrera docente" como siempre me comentaba cuando visitaba las oficinas de Cultura. Luego, a la salida y a modo de confidencia agregaba: ...tambien Eduardo, pero Corina simplemente fue unica".
Por eso hoy me permito hablarles de ella, porque honor, a quien honor merece.
Un beso como siempre,
Ines

Anónimo dijo...

No soy cubana no conozco Cuba, ni conozco los beneficios de la revolución, excepto por lo que acaba diciéndose en cualquier ámbito cuando se habla de este país: Qué mal que no tengan toda la libertad que debieran, pero vale por tener la mejor educación y salud de América Latina. Por todo lo anterior probablemente no estoy calificada para opinar en este asunto...pero lo hago porque creo que, como muchas cosas que suceden en nuestros amados países, la información se "globaliza" y se excluye opiniones personalizadas, justo esas que son fruto de las vivencias de cada cual y que si se expresan, deben decirse de manera "impersonal", sin emociones de por medio... no puedo evitar preguntarme ¿por qué? ¿Por qué impersonal? ¿por qué no emocionarse respecto a situaciones que nos tocan a diario?
Odette, admiro tu decisión de contar las cosas como las viviste, la valentía de hacerlas públicas y servirlas en bandeja para que no sólo las leamos, pero que también podamos opinar al respecto. Este espacio es tuyo, pero al fin de cuentas, es también de quienes te leemos y nos atrevemos a, como dice Camilo, hacer una jugada...si en nuestros países, más personas por voluntad y compromiso propio, sin esperar premios, menciones o simplemente agradar y evitarnos problemas, hiciéramos de nuestro derecho a la libre expresión una práctica, pienso, como buena utópica o ilusa, que grandes males como la corrupción o la indiferencia podrían corregirse poco a poco. Un abrazo, ya quiero leerte el próximo martes.
Patricia Toledo, Honduras

Anónimo dijo...

Hola Odette,
Entre ayer y hoy los leí todos y aparte de corroborar (cosa que ya sabía) que escribes deliciosamente bien, me parece que la labor de divulgación que haces tratando de desmontar los tan arraigados mítos sobre la "involución cubana" es más que digna de encomio y nos obliga un poco a todos los que concordamos con tu visión a continuar la retransmisión del mensaje. Por mi parte ya he pasado los artículos de tu blog a muchos amigos brasileros con los que hablado repetidamente de estos temas y que, como tantos otros latinoamericanos, creyeron fervientemente en lo único que la "involución" supo facturar bien: el mito del engaño. Créeme que tus artículos están ayudando a que muchos comiencen a ver más claramente la realidad cubana. Enhorabuena.

Anónimo dijo...

Queridísima,
Te adjunto un comentario que le hice en Cubaencuentro a Marifeli Pérez-Estable, cuyos análisis casi siempre encuentro bastante despistados. El rollo de la escolarización de la sociedad es complejo y todo un reto. Aquí te va:

El mito de los beneficios de la "educación" para abatir la pobreza de las masas fueron expuestos por Iván Illich hace ya cerca de cuarenta años, en Deschooling Society que el Fondo de la Cultura Económica acaba de volver a publicar como parte del primer tomo de la obra reunida del gran maestro: La sociedad desescolarizada. Las escuelas causan rezago. Inglaterra se convirtió en potencia industrial antes de que las escuelas públicas se convirtieran en guarderías para que las clases obreras pudieran matarse trabajando fuera de su casa. Todas las tendencias económicas hoy van hacia la eliminación de los "jobs"... Por mucho que estudien dentro del marco curricular de esa empresa idiotizante que son las escuelas, poco o nada van a avanzar tanto ricos como pobres. Los títulos existen para crear jerarquís ilegítimas. La educación alternativa (y realmente enriquecedora) sería la desinstitucionalizada... aquella que pone en movimiento todos los conocimientos de sus miembros, que convierte en alumnos y maestros a cada cual dentro de su comunidad o vecindario, una preparación que no marca de por vida a las personas con un numerito que los hace menos que los demás. Las escuelas han sido diseñadas para perpetuar y para incrementar las desigualdades, no para borrarlas.

Esto es sólo parte de lo que se le puede argumentar a las platitudes expuestas por esta pobre despistada de siempre. En cuanto a la educación en Cuba, antes de la Revolución 81% de los cubanos ya sabía leer, así es... Sólo que antes de la alfabetización los cubanos podían leer lo que les diera su soberana gana... Es ésa la principal diferencia entre el antes y después de la susodicha revolución. Ahí se las dejo... Saludos desde el México Profundo.

Jo Ruiz dijo...

La calidad de la educación cubana se refleja en los nombres que se dan a sí mismo miles y miles de cubanos: Yumisleidis(una contracción, supongo, de Yuma y Lady; Usnavy,etc...
El sistema educacional cubano-salvando sus pocas cosas buenas- es un fraude como lo ha sido la misma Revolución, esa Revolución que ha logrado que Cuba sólo pueda compararse a Haití o a Honduras, y no a Francia o a Suiza.
Como bien dijo Sergio Corrieri en "Memorias del Subdesarrollo": La Habana ya no es el París del Caribe, sino la Tegucigalpa del Caribe".

Odette Alonso dijo...

Cuando publiqué este comentario, al menos dos personas muy queridas (de las que no escriben aquí sino a mis correos personales) me "regañaron" por mi visión limitada y parcial al abordar el tema de la educación en Cuba actualmente. A propósito, les cito a continuación parte de lo que dijo, acerca del mismo tema, Alfredo Guevara en las sesiones del reciente Congreso de la UNEAC:

"…¿puede la escuela primaria y secundaria y el pre (universitario), tal y cual han llegado a ser, regenteadas por criterios y prácticas descabellados e ignorantes de principios pedagógicos, psicológicos elementales, y violadora de derechos familiares, ser formadora de niños y adolescentes, y por tanto fundar futuro? ¿Será que acaso por esos caminos se calcula puedan crecer las generaciones a las que tocará cumplir la inmensa tarea de esculpir, ante todo en su alma, la patria soñada? ¿Es que esa escuela continúa realmente la diseñada por la Revolución en sus primeros días? ¿Y aun antes en los territorios que se iban liberando?
"Jamás podrá construirse con solidez a partir de dogmas, empecinamiento, desconocimiento de la realidad real o ignorando los mensajes alertadores de la experiencia y de los ciudadanos".

Anónimo dijo...

En mi pre (el José Martí, de La Habana Vieja) también había maestros que decían barbaridades en clase. En primaria tuve uno, Juan, que se cagaba en toda la corte celestial a la menor provocación, y todos le reían la gracia. Pero tú haces esos cuentos fuera de Cuba (aquí que son tan políticamente correctos, imagínate) y la gente piensa que una está exagerando...¡Porfis, no cierres el parque! Es una ventana a la Cuba de verdad.

Enrisco dijo...

Muy buen post Odette. Lo cite en mi blog (www.enrisco.blogspot.com). el argumento de que la educacion esta asi en todas partes tiene dos puntos debiles. Uno es que no es cierto. En todas partes uno escucha que se dan situaciones terribles pero no de que los profesores tomen parte activa en ellas. lo otro es que en ningun pais se usa el sistema de educacion como chantaje colectivo para suprimir las libertades como en Cuba. Tan sencillo como eso.

Anónimo dijo...

Odette: Muy buen blog. En la educacion se perdio todo, yo estuve en la Secundaria Rafael Ma. Mendive en el 1962-64. Tenia al profesor de matemáticas, de apellido Selva, su novia estudiaba alli y el era aceptado por sus padres (pedida, como se usaba hasta esa epoca). Sin embargo la directora le prohibia tomarla de la mano en la escuela. Que diferencia a las "colitas" de las Sec. en el Campo como las Bungo. Los que estudiaron en ellas o tuvieron referencias saben lo que significa..