martes, 4 de septiembre de 2007

Bartolo, el último que abre


Patio de la entonces Casa del Joven Creador,
ahora Museo del Ron

A Omar, Piri y Lazarito


En la esquina que forman la Avenida del Puerto (nombrada San Pedro en ese tramo) y la callecita de Sol, en plena Habana Vieja, se levanta el palacio del conde de la Mortera, una construcción del siglo XVIII en la que, a finales de los ochenta y principios de los noventa, estuvo la Casa del Joven Creador, sede nacional de la Asociación “Hermanos Saíz”, la organización que agrupaba a los jóvenes artistas cubanos.
El equipo multidisciplinario que allí trabajaba, gente de todas las especialidades y géneros artísticos y de promoción cultural, encabezado por Omar Mederos, quiso convertir el viejo recinto colonial en un centro con una programación variada y sistemática que permitiera darse a conocer a los jóvenes creadores y, al mismo tiempo, animar culturalmente la zona medio marginal en la que se enclavaba.
Y entre un sinfín de actividades —exposiciones de artes visuales, lecturas literarias, presentaciones de músicos y trovadores, proyecciones de cine, encuentros teóricos— nació el Bartolo, llamado así como homenaje a Beny Moré. En recuerdo de Bar Esperanza, el último que cierra y, con esa genialidad de Omar para los dicharachos y juegos de palabras, bautizamos al nuestro como Bartolo, el último que abre. En punto de las doce de la noche de cada sábado, desde la garita en que Waldi mezclaba la música salían las notas de “A medianoche empieza la vida, a medianoche empieza el amor…” cantadas por el Bárbaro del Ritmo, y así daba inicio la fiesta. El bar servía tragos y bocadillos que eran un lujo en aquella época (y en ésta) y los asistentes, a medida que subía el calor de la madrugada, llenaban con sus bailes y su buen humor el patio colonial.
Al principio, los asiduos eran artistas y amigos de la Casa —del lado izquierdo, Odette y su pandilla; del derecho, Carlos y las muchachitas—. Pero en una Habana muerta de aburrimiento y sepultada en la oscuridad, las noticias del Bartolo corrieron como pólvora y la concurrencia creció desproporcionadamente. Una aquellas noches era tal el gentío desbordado hasta la avenida, que llegó la policía a subirlos en la acera para que no interrumpieran el tráfico. Marilín Garbey y yo nos asomamos discretamente por uno de los balcones del entrepiso y cuando la muchedumbre nos vislumbró entre tinieblas, coreaban nuestros nombres. Yo me sentía Eva Perón.
Por allí desfiló toda la intelectualidad joven y toda la farándula. Y los amigos de los amigos de los amigos. Fue, sin dudas, la primera discoteca gay del país. Gay y straigh, sin exclusión, porque era el primer lugar público donde se pudo bailar con quien le diera la gana a uno sin represión. La música iba desde “Pretty woman” y “La isla bonita” hasta Enigma, Juan Luis Guerra y Willy Chirino, que estaba prohibido, por ser del Miami y cantar aquello de "Ya viene llegando... ya todo el mundo lo está esperando". Fue allí donde vi por primera vez esas coreografías a la tejana —tipo Caballo Dorado— que se bailan en grupo.
Y hubo hasta noches temáticas: ¿se acuerdan de la Fiesta de los Géminis? Cada uno llevó un presentico para los festejados: cualquier mierdita, desde una vieja tetera despostillada hasta un gorrito de cumpleaños con la liga zafándose de la presilla. ¿Y aquella fiesta de disfraces en la que me vestí... de mujer? Con minifalda, bajichupa, maquillaje y pelo —que entonces tenía bastante largo— acomodado en un moño desflecado. Edda, la del bar, me miraba y le decía a Piri: “Ay, chica, pero si Odette es bonita…"
Y yo, que ya saben que no me gusta nadita el asunto de la bailadera, acababa la noche echando unos pasillos de miedo al son de “San Pedro de Macorís” con el gordo del solar de al lado, que no era artista ni la cabeza de un guanajo, pero la pasaba de lujo con nosotros. Y al filo de las cinco de la mañana, borrachos y felices, apagábamos la música, cerrábamos la casona y nos íbamos en la primera guagua que salía del paradero de la Lonja del Comercio, desde La Habana hasta Marianao o hasta La Víbora, cantando a todo pulmón canciones infantiles mientras el chofer nos miraba aterrorizado (o divertido) por el espejo retrovisor.



(Además de a los ya mencionados, dedico este texto, con toda emoción, a Suyín, Agustín, la Maciñeiras, Carmen Duarte, Iris, Puchi, Kiki, Yoyi, la Chivi, la flaca, Bladimir, Camilo Venegas y Camilo Hernández, Ale Aragón, Aquino, Arístides, Pedrito, Carro, Anabel López, Yasnieli y Maylín, Niurka y Marlén, Ana María Ramos, Pepe Carratalá, Marín, y a las amables ancianitas de Escobar que una noche, mientras veíamos bailar a una de aquellas criaturitas, echando el pelo a un lado y otro como en un video de Olivia Newton-Jones, me decían con los ojos muy abiertos: “¡Tiémplatela, tiémplatela tú que puedes!”)

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Odette queridísima:
Qué bueno que escribas del Bartolo. Eso me encanta. Te cuento que la idea del Bartolo nació en casa de Puchi Fajardo, en la ventanita que daba para la casa de Déborah, la misma donde Carlos Varela nos cantó por primera vez "Monedas al aire".
Estábamos "El Blado" Zamora, Kiki Alvarez y yo, que para entonces andaba en la idea de un espacio para que "los jóvenes creadores" de la AHS se divirtieran y donde todo fuera posible. Al Blado se le ocurrió el nombre y allí mismo se formó la gozadera. Una semana más tarde abrió sus puertas BarTOLO, el último que abre.
Cuando Rockotlitlán fue a Cuba con Gabriel Blanco para llevarse a David Torrens, les propuse armar el Bartolo en grande. Se hizo un proyecto que conservo, escrito por las manos, o mejor dicho, los deditos de Suyín, en la máquina de escribir de la Casa del Joven Creador. La cosa sería en el antiguo cine Rialto de Prado y Neptuno. Incluía, además del espacio del cine, convertido en sala de usos múltiples (cine, teatro, discoteca), una tienda para vender los discos de El Beny, pulóvers, llaveros y el copón divino. Afuera, en el cuchillito donde una vez hubo unos baños públicos, iba un parquesito con una estatua gigante de Beny (nos ganaron con la de Jhon Lennon, el Caballero de París y Malanga) y todos los edificios de los alrededores serian restaurados y revestidos con neón. Di tú. Qué lindo todo verdad? JAJAJAJA
Omar Mederos

Anónimo dijo...

Mi reina, ¿cómo voy a olvidar las noches de El Bartolo con sus variantes dedicadas a la nueva trova, el jazz, el rock y los géneros cubanos? Creo que fue durante mucho tiempo el único espacio de esparcimiento nocturno en La Habana del periodo especial 1991. Éramos una familia de amigos quienes trabajábamos allí, Odette, y con la magia delirante de Omar Mederos se creó ese mundo mágico donde fuimos felices. Ahora es un museo y la vida intensa de aquellos años se esconde en sus paredes y también en nuestras memorias.
Recuerdo que una noche estaba en la puerta y entró un marinero alemán, ex boxeador, ebrio, y pensó que yo era un chulo o padrote, como dicen en México, y sacó un montón de dinero para que lo dejara bailar con una de las muchachas guapas que limpiaba. Ella fingió ser una puta y nuestro grupo bebió hasta la madrugada con aquellos pesos mientras ella y el alemán bailaban la música prohibida de Willy Chirino que Waldy ponía a todo volumen. Jóvenes artistas, bohemios, pepillas esplendorosas poblaban esas noches habaneras.
Fue justo en El Bartolo mi última noche de trabajo, el sábado 7 de febrero de 1992, cuando organizamos una presentación masiva de cien trovadores porque el hermano de Pedro Luis Ferrer vino de Miami con la promesa de grabarle un disco al trovador que más le gustara. Fue la última vez que vi a mis amigos Polito Ibáñez, Jorge García, Carlos Varela... porque esa noche también fue nuestra despedida, Odette. El martes diez tú y yo volamos para quedarnos en México y desde entonces no he vuelto a ver ni a Carmen ni a Margarita ni a Aquino ni a Waldy...
Elegguá ha logrado, sin embargo, que en estos caminos nos hayamos reencontrado con Omar Mederos, Iris Gorostola, Edel, Alejandro... Son muchos los recuerdos que me atan a la Casa del Joven Creador, pero los más dulces son los vividos clandestinamente en uno de sus camerinos o en el cuarto de audio, el único con aire acondicionado, cuando Waldy me prestaba la llave y me podía templar a mis novias sin el calor sofocante que venía del puerto y también sin ese paisaje de barcos que era la bahía.
Mil besos de tu hermano Agustín Labrada.

Anónimo dijo...

Saludos querida Odette, me acabo de enterar por el Ómar que tenías tu blog y que habías escrito sobre el Bartolo, pues acá estoy, leyendo y recordando.
Muchos cariños para ti

Anónimo dijo...

Odette, te prometo enviar un texto de nostalgia reposada sobre el tema. Ya sabes por nuestro imprescindible Omar, que aunque no he registrado el proyecto en la Oficina de Derechos de Autor, el Bar_Tolo, que es su verdadero nombre, se me ocurrió a mí y su cartel inicial y creo que único lo realizó Camilo Venegas. Lo más importante es que allí tejimos muchas páginas gloriosas de nuestra gozadera cultural. Un beso.
Bladimir

Anónimo dijo...

Querida:
Nadie podrá olvidar que, a medianoche, comenzaba la vida. Se gozó mucho en aquel sitio, se hicieron amigos y se cometieron muchos disparates. Suerte que algunos no pierden la memoria.
Un beso,
Marilyn Garbey

Anónimo dijo...

Ay Odette; cuántos recuerdos se guardan de este mágico lugar. En el último viaje que hice a La Habana, y el primero, con mi querido Enrique pasamos en carro por delante y se lo enseñé. No entramos. Ya se perdió la magia. Pero por suerte queda el recuerdo. Allí te conocí a ti y a tu querida hermana, con la que bailé, me enfadé y fuimos felices. También estuve en alguna exposición y algún concierto. Y ví en una misma tarde; lluviosa y casi solo "El Piano" y "Adiós a mi concubina". Claro, salí con ganas de morirme. No se me olvidará nunca esa tarde.
Aprovecho este espacio para mandarle un beso bien fuerte a Marilyn, que me ha dado mucha alegría leerla aquí, a Omar Mederos, a Bladimir Zamora y a todos los que vayan apareciendo por ESTE PARQUE.
Y, por supuesto, un abrazo grande para ti. Qué bueno leerte con más frecuencia.
Tu Lazarito en Madrid.

Anónimo dijo...

Grande Odette!!!!
Que rebueno esta esto de avivar la memoria de los lugares donde gozamos.
Y un nombre se enlaza con otro y con otro y la cadena sigue. Y es que ese lugar y esa idea seran para siempre referentes de lo posible en nuestra generacion. Para mi una de las cosas que siempre me llamo la atencion, fue la feliz convivencia de gente aparentemente tan disimiles, como gente gay y punks (que en el fondo son dos formas de libertad), felices, ajenos y complices, y generalemente pacificos, excepto una noche que no se sabe bien por que (dijeron que uno que tiraba pa' un lado, se confundio y toco nalga-de-jeba-de-punk) comenzo una batalla campal que termino con las mesas y las sillas volando por el aire, al mejor estilo pelicula norteamericana; menos mal que eran plasticas!!!
Pero lo que mas recuerdo es que era un espacio de diversion total en una Habana de noches mojigatas.
Lo conoci gracias a Omar, y a Tito, y vivi mas de una historia propia y ajena. A mi novio le he contado muchas anecdotas, como la de tu disfraz, la de la pelea que comente y durante la cual escondi mi humanidad detras de una pata de mesa, muerto de risa, otra de una noche que entro un policia y todos nos preocupamos, pero el pobre policia solo iba a ver a su noviecito, y asi muchas mas. Y todavia, cuando nos reunimos aca en Buenos Aires varios de los que participamos de esa magia, lo recordamos como referente de lo que en nuestra Cuba se le llama gozadera.
Un beso grande,
Carro

Odette Alonso dijo...

Aquí estamos Omar y yo acordándonos de aquel BarTolo que yo recordaba simplemente como fiesta de disfraces, pero que dice él, que tiene mejor memoria, más bien una memoria prodigiosa, que fue un día dedicado a la mujer y que el mejor disfraz se haría acreedor de un gran premio: un viaje a los países socialistas, jajajá!
El ganador fue aquel que se vistió de enfermera, ¿se acuerdan? Dice Omar que era Folgueiras. ¿Alguien puede decirle a Folgueiras que me escriba, por favor?
Mil gracias a todos. Creo que lo mejor de este blog es —y era justamente mi objetivo— que podamos conversar, recordar, reencontrarnos en él. Todo el que quiera, que escriba, que esto es un parque, o sea, abieeeerto.
Besos a todos y sigan leyéndome, que eso me infla el ego.
Odette

Anónimo dijo...

Dicen que la memoria es traicionera, yo no se! Pero el que se vistio de enfermera fue Lester, y ciertamente gano el premio, y lo mas divertido, mas alla del vestidito apretado que dejaba ver sus rollitos tal cual enfermera del Calixto Garcia, fue que bajo por la escalera, como reina con cofia por corona, y comenzo a repartir aspirinas por las mesas! Pues si, fue Lester, el mismo que hace un tiempito filmo en Cuba una version de Los Paraguas de Chesburgo en tono verdeolivo!
Carro

Anónimo dijo...

Cariño:
El Bartolo que describes se parece mucho al patio del Cabildo Teatral Santiago. Claro, es la version capitalina y por esos lares nos comportabamos mucho mas extrovertidos (no se si buena o mala costumbre). Espero que en algun momento podamos coincidir en algun sitio -en vivo y a colores, virtudes y defectos-, los que ya somos amigos, y los que nos vamos conociendo a traves de tu blogg para hacer juntos unas cuantas travesuras.
Un besote,
Ines Maria

Camilito de Guarenas dijo...

Hasta donde recuerdo fue Lestercito el que se vistió de enfermera, y era como una mezcla de Elena Burke con Florence Nightingale. ¡Dios, cuántos nombres conocidos suenan en estas crónicas! Gracias por mencionar a mi querido Pepe Carratalá, ese personajazo de La Habana de los ochenta. Y faltaron Dalton y el flaco Trinchet y Pepe Llanes y Carlitos el arquitecto, y Carlos Enrique y Donato y Roberto y Emilia la mamá y Santiaguito Feliú y Gunilla (o Liudmila o Ingrid o Ulla: aquella sueca piola que llegó a La Habana; la única que conozco que hizo el viaje al revés)y Xiomara Laugart y ¿Teresita, se llamaba Teresita, la manager? Y Carlitos y Víctor y Marianela y Rosario y Charín y Caridad y Pedrito Sicard y Juan Pedro y Lola y Alexitico... y coño: el blog es tuyo, no mío.
Un abrazote. Y otro para el gran Mederos.
PS: ¿Qué será de la vida de Bousoño?

Camilito de Guarenas dijo...

OTRO PS:
¡y Marín, me faltó Marín, ¿cómo olvidar a Marín el negrito?!
Bai de güey: ¿alguien alguna vez supo qué carajo hacía Marín en la vida, aparte de estar en todas partes, como Dios?

Anónimo dijo...

Siiiiiiii Marin! yo siempre asocie a Marin con un guije. Yo creo que en la vida el era "Poblacion en General" (esa definicion viene de un articulo que publicose en el inefable Granma, que anunciaba que se haria una encuesta en la poblacion sobre el tema del SIDA y se pedia su colaboracion, y para despejar suspicacias se aclaraba que se entrevistaria a Homosexuales, Heterosexuales, Bisexuales y Poblacion en General; por lo que cuando veiamos a alguien de quien no estabamos seguros 100% de sus practicas apetencias, lo definiamos como "Poblacion en General". No es verdad que el Granma es una fuente inagotable de humor. Y tristezas?).
Otro beso para Odette,
Carro

Odette Alonso dijo...

Carro, pero Marín no era "población en general"... con todo y lo feo que está pobrecito (pero simpatiquísimo y buena gente, lo que sea de cada quien, como se dice en México), sus prácticas apetencias siempre han estado 100% definidas, eh... Dile a Omar que te cuente... Hay cada historia de Marín... verdad, Camilo?

Anónimo dijo...

Odette, a Marín me lo encontré en este último viaje que hice a La Isla, en abril, en el chiringuito que está en H y 23, frente al edificio donde vive. Allí estaba con los machangos del barrio. Me llamó y nos dimos un abrazo largo y apretado. Después nos vimos un par de veces más. Y la última noche de ese viaje lo invité a cenar al Polinesio junto a Jorge y su hijo más pequeño con su novia y a Pepe. De él guardo buenísimos recuerdos, aunque a veces también me enfadé con su actitud, pero siempre le he querido mucho, aunque piense lo contrario. Hay muchas botellas de "Chispaetren" con color a añejo (él preparaba un caramelo para que aquel brebaje visualmente fuera más agradable)que nos bebimos en casa de nuestro queridísimo Jorge García-Bango(Yoyi) para que aquel período especial, el primero oficial, fuera más leve. Estas sesiones eran muy intensas y extensas en las que él hacía gala, a veces, según el estado de ánimo que tuviera, de su simpatía e inteligencia. Ha trabajado siempre de Productor Musical de música clásica. Entre otros trabajos, estuvo en el Nacional cuando Nisia Agüero y en abril de este año, estaba en el Museo Nacional de la Música. Hay miles de anécdotas que se pueden contar de este singular y entrañable personaje de la farándula habanera, y para nada creo que pertenezca a la sesión de "población en general", si no todo lo contrario.
Saludos a Camilo Hernández.
Y ahora te dejo querida porque de este lado del mundo son las dos de la tarde de un domingo estupendo, y en esta casa quien prepara la comida (almuerzo) soy yo y tengo que ponerme a "inventar" en la cocina. Seguro que vuelvo al Parque más tarde.
Besitos y perdona el toque doméstico del final de esta nota.
Lazarito, en Madrid.

Anónimo dijo...

Ciertamente, yo desinformado, como a veces. Mis recuerdos de ese personaje imprescindible de aquella epoca son lindosos, y la asociacion guijera tambien.
Viva la memoria!
Carro

carlitos g. dijo...

.... a media noche empeza la vida .....y en esas noches hubo mucha vida ... querido ....
carlitos g.
Estos recuerdos ( pues el tiempo pasa....) se escriben a media noche.Aun conservo mi amor por ti Odette

carlitos g. dijo...

ya dije anteriormente ..mucha vida hubo en esas noches ..( di tu ), con el permiso de Omar que siempre nos empujo a por todo y con el perdon del pensamiento siempre fertil y caliente del Zamora, si alguno SIEMPRE estuvo en la trastienda y en la tienda esos fuimos EL del lado izquierdo y LA del lado derecho (esto sin ningun criterio politico )( si con alguna jodedera en el articulo).
Pero voy a empezar a comentar por el final del blog,todos a por Marin, a este le defendere pues ha sido amigo incondicional para muchos de los que aqui estamos escribiendo y otros que hasta ya no estan ; feo o ¿fea? , coño no deberia existir en algunos casos el género, pero fiel amigo, haciendo hasta lo imposible por sacar los proyectos y las COSAS pa´lante y pa´tras,por hacer le he visto con una Cofia sirviendo ese exquisito Ron CHISPETREN, como comento lacho,que podia ser Añejo 7 o 5 años segun el gusto del consumidor .Cosas mas raras estan en las memorias ....Voy a por una copa, a ver si los chicos de Edda aun le queda algo para las muchachitas....

Odette Alonso dijo...

Carlos Galván! Al fin te vemos, chico; que ya se te extrañaba en este BarTolo virtual. Muchas historias has de recordar tú... A Marín se le quiere y se le recuerda siempre. Imagínate: Mederos, Labrada y yo, cervezas de por medio una noche de hace un par de años... y quién sale a la charla? Marín!!! Por supuesto.
En ti he estado pensando. Acordándome de que nos íbamos a casar en el año 91, un día que teníamos unas ganas horribles de echarnos unas lagers. De eso voy a hablar, ya verás. Te imaginas? Y voy a ver si tengo unas imágenes que me mandaste ya estando yo aquí, en una carta-crónica de la vida habanera... que si las encuentro, nos vamos a arrastrar de risa todos. Lacho incluido. Un beso, corazón mío. No te pierdas tanto, que ya perdida eres...

Anónimo dijo...

Oye Odette, y llegó el que faltaba. Él estaba desaparecido, pero no pudo aguantar con tantos recuerdos entrañables sin compartirlos con los que venimos a descansar a este Parque. Y porque en muchas ocasiones fue el artífice de muchas "Bartoladas" estupendas. Por eso no se hizo esperar más.
Qué bueno que apareciste Carlos. Estábamos preocupados, pero ya veo que ha pesar de lo mayor que estás, no has perdido la memoria.
Saludos a todos y que viva Marín¡¡¡
Lazarito, en Madrid.

carlitos g. dijo...

Yo, a decir verdad no recuerdo con exactitud el comienzo del Bartolo, si se de ese nacimiento de la idea que conto Omar en casa de la Puchi, cuando no ,y agrego a ese recuerdo de Omar , existio un proyecto de producir cortos en b/n y en la proyeccion se carecterizaria la sala hasta un pianista en directo,creo que hasta con el Camilo Hernandez se comento esa idea ,(el y sus creaciones televisivas,(que alguno me ayude,o tu camilo)aquel ,creo que Teatro , con aquella escena en un comedor y los actores en una mesa estupendamente puesta y esa luz que te caracterizo , se deleitaban con una pizza).Bueno regreso en lo que estaba,en ese proyecto hasta imaginamos a la Sra Clara (casera de ese muy cercano amigo Raul Fidel)la vestiamos con cofia y delantal ,vendiendo cigarros en la sala (esa imagen solo para que la disfruten los que conocieron a Dña Clara , DI TU .No pudo ser el Rialto ni nada asi ,pero teniamos esa casona ,ay ay Omar y tu hablando de neones, a donde iriamos a parar.
Razon lleva Agustin Labrada ...Éramos una familia de amigos quienes trabajábamos allí,,, se creó ese mundo mágico donde fuimos felices,,,y tanto ,creo que ese espacio y todo lo de la AHS,en esa epoca , era por la obra y gracia de esos amigos, que hoy desde la distancia pienso que ( ... la magia delirante de omar ,,,,,era tambien locura que teniamos cada uno de esos amigos, que algunos ni cobrabamos un kilo).
Por hoy lo dejo que me estoy poniendo trascendental y no me apetece.
Voy hacer honor al Zamora y sus clasicos de la musica cubana :
...hay que vivir el momento feliz,
hay que gozar loque puedas gozar
porque sacando la cuenta en total
la vida es un sueño
y todo se va.................
me voy con Arsenio a por una copa con Edda , por cierto lacho apuntate y vente....

Anónimo dijo...

No entiendo nada...yo estaba buscando una receta de "Coquito acaramelado" y me salio' este blog!...
Excelente, he recordado y me he reido muchisimo, los comentarios estan de primera tambien.
Heriberto esta en todas partes, regado por el ciberespacio..... pero se perdio el Bartolo real, ja,jaaa (lo aprecio).

Saludos a todos, exitos y alegrias,

Niurka