El 161 de East Street Bedminter, en Bristol
Esta mañana, mientras los 1,200 millones de católicos reconocidos, más los arrepentidos, los renegados y los curiosos tenían los ojos puestos en la chimenea de la Capilla Sixtina, recibí un mensaje desde el correo de mi amigo Rolando Córdoba que decía, a la letra:
Espero
que esto te llegue a tiempo, hice un viaje a Bristol, Reino Unido y se me fue
robado el bolso con mi Pasaporte Internacional, Tarjetas de Crédito dentro. La
Embajada está deseando ayudarme con dejarme tomar un vuelo sin mi Pasaporte,
solo que tengo que pagar por el billete y cubrir las cuentas del Hotel. Para mi
desgracia, no puedo acceder a mis fondos sin las tarjetas de crédito, ya
contacte con mi Banco pero necesitan más tiempo para los procesos y así
conseguirme uno nuevo. En esa inoportuna situación he pensado en pedirte un
préstamo rápido de fondo que puedo devolverte tan pronto que regrese. necesito
como 1200 euros para cubrir mis gastos. Te devolveré todo a mi regreso.
Realmente necesito estar en el próximo vuelo. Si puedes obtener los fondos envíalos
por Western Union eso será muy bueno porque es la mejor opción que tengo,
Puedes Me dieron un carnet temporal en la Embajada así que eso no será un
problema si tienes los fondos envíalos a traves de la oficina local de Western
Union y en 20 minutos ya lo tendría aquí. es más conveniente para mí y Siento
mucho cualquiera inconveniencia que podría causarle esto. Puedo enviarte los
detalles en cómo hacer.
Espero
ansiosamente tu respuesta.
Saludos.
En los últimos meses a otros cuatro
amigos les han hackeado sus cuentas de Yahoo del mismo modo, por lo que no me
resultó desconocido ni sorprendente el mensaje. Aunque, para ser justos, éste
tiene menos faltas de ortografía y de concordancia; debe ser que los
estafadores ya contrataron un asesor hispanoparlante. En ocasiones anteriores,
les respondí con un par de blasfemias, pero como hoy la mañana tenía ese hálito
de santidad, mientras mis amigos de las redes hacían sus apuestas acerca de la
nacionalidad y la etnia del futuro pontífice, respondí a los bandoleros como si
lo hiciera a mi amigo: “Rolo, dime adónde tengo que mandarte el dinero”.
En menos de lo que canta un gallo —ya ni
digamos los tres gallos de Pedro antes de negar a Jesús—, entró la respuesta a
mi bandeja de entrada:
Muchas
Gracias.
Puedes encontrar Western Union en cualquier oficina de banco o la
oficina de correos cercano a ti. todo lo que necesitas es mi nombre completo y
mi dirección abajo señalada: Aquí está la información que necesitas para
Nombre:
Rolando Córdoba
Dirección:
161 East Street Bedminter Bristol, BS3 4EJ
Por
favor mantenme informado.
Te
estoy muy agradecido por la asistencia.
Como todo cibernauta que se respete, lo
primero que hice fue buscar la dirección en los mapas de Google. Parada
virtualmente frente a la fachada de ese Budget Boozer de la foto, observando
con detalle los negocios aledaños y las ventanas de los pisos superiores —no
fuera a ser que detrás de esa cortina corrida apareciera el rostro del malevo—,
les respondí: “Dame tu segundo apellido, Rolando, porque no aceptan el depósito
con uno solo”.
No tardé mucho en avisarle a la familia
—que ya se había percatado del molesto suceso—, mientras les echaba un ojo a
las caricaturas de los cardenales jugando a las sillas y del obispo que reclama
quién echó a la urna un (premonitorio) voto a favor de Lionel Messi. Cuando
volví al correo, ahí estaba: “Rolando Córdoba
fernando”, decía simplemente, minúscula incluida. Al instante respondí: “¿Fernando?...
Pero Fernando no es un apellido... y recuerdo que tu segundo apellido era otro.
Fernando debe ser tu segundo nombre, ¿no? Rolando Fernando Córdoba. Pero ¿cuál
es tu segundo apellido?”
En ese momento salió el humito blanco del
ya mencionado chacuaco y anunciaron que “Habemus papam”. Las redes sociales se
saturaron de reverencias, bromas y nuevas especulaciones, porque aún tardarían
largos minutos en decir el nombre del próximo ocupante del trono de Pedro. Y en
lo que el tuit y el post iban y venían, llegó el nuevo mensaje de los chamacos
de Bristol. Era contundente: “Este es mi nombre completo: Rolando Fernando Córdoba”.
Pero como para doblegar a un cubano sólo
hace falta un equipo de beisbol holandés y estos inglesitos —o nigerianos, según dicen— no lo tenían, volví
a la carga: “Pero falta tu segundo apellido, Rolo. Mándame tu segundo apellido
que me lo están pidiendo”. Aquéllos respondieron: “segundo apellido : Jorge”. Y
yo no me hice esperar: “¡Pero cómo va a ser Jorge un apellido! Jorge es otro
nombre... Mira que tú tienes nombres, compadre, abusaron contigo tus papás. Mándame
tu segundo apellido”.
En eso me escribió la hija del verdadero
Rolando. Mientras me contaba lo disgustado que estaba su papá —el verbo, en
cubano, era otro, menos correcto—
porque los intrusos borraron su lista de contactos, anunciaron, a toda
campanada, que el arzobispo de Buenos Aires, cardenal José Mario Bergoglio —con
ese apellido tan indicativo de hacia dónde será conducida la cristiandad en
este nuevo período—, se había convertido en Francisco I.
Alharaca mundial (o, al menos,
occidental). Nacionalismos y regionalismos ondeando cual estandartes. Injurias y
descalificaciones a diestra y siniestra. Esperanzas, decepciones, supuestas fotos
comprometedoras y malbecsitos mendocinos. Todos dejando al descubierto su esencial
adscripción católica aun desde la fervorosa negación de esa fe. Un Cristo
lunfardo cebaba su mate cuando la alarma del correo me advirtió de la llegada
de un nuevo texto: “Este es mi nombre completo :ROLANDO CÓRDOBA CABEZA”.
Las mayúsculas bailaron como grito
histérico ante mis ojos. Estallé en una carcajada. Cabeza es lo que les falta a
estos tipos, me dije y escribí: “¿No era Rolando Fernando Jorge Córdoba?... ¿Entonces
ahora es Rolando Fernando Jorge Córdoba Cabeza?... La verdad es que ese nombre suena muy aristocrático”. Respondieron con toda contundencia, seguros
de que al fin habían dado en el clavo: “Rolando Fernando Jorge Córdoba Cabeza es
el nombre correcto”.
Llegó la hora de la comida y me
entretuve entre la ingestión correspondiente y los chismes de la oficina. Los
centros de trabajo son como la Curia romana: siempre hay alguien dispuesto a
chingarte (joderte, aplastarte, desplazarte, sobajarte, difamarte, despojarte
y vaya agregando los verbos que desee), y en el mío, sobran las ofertas y los
intentos. Cuando volví a mi pantalla, desde el supuesto correo de Rolando preguntaban:
“¿Has Podido enviar los fondos?” Y como ya venía bastante caldeadita, les respondí:
“¡Qué descarados son ustedes! ¿Nunca han oído la canción Rata de dos patas de Paquita la del Barrio? Búsquenla en YouTube”.
Al momento en que pongo punto final a
esta crónica, no han respondido. Debe haberles gustado la canción de la Paca
o andarán buscando quien les traduzca la letra.
24 comentarios:
¡¡Genial!! Yo también he recibido algún correo como ése pero no he tenido tiempo ni ganas de hacer lo que has hecho. Bravo por ti
jajaajajaja, me paso algo parecido hace unos años. enseguida que vi el email llamé a mi amiga y esta me contó que le habían hackeado la cuenta. Lo más asombroso es que hay quien si cae en la trampa!.
Un abrazo.
La Niurkis!
Genial Odette. Una crónica deliciosa.
Gracias
Jajajá....deben estar buscando la canción de la Paquita. Qué cómico como cruzas las historias.
Qué gozo de relato. Gracias.
Jajaja me encanto que los hayas mandado a escuchar a Paquita la del Barrio. Esta muy bueno este post
Jajajajajaaaaaaaaaaa. Me ha encantado el post.
Eres única.
¿De verdad te pusiste a escribirte con esa gente o es sólo para divertirnos?
Besitos,
Vero
Muy buena la crónica del culebrón. Para esos casos (y hasta para los verdaderos) yo siempre he tenido un refrán: "contra el vicio de pedir... hay la virtud de NO DAR". Cariños,
Augusto
Jajajaja...hiciste bien en cachondearlos! A mí me pasó hace unos meses, sólo que en aquella ocasión no tenían asesor hispano parlante, sino el traductor de Google, puro y duro! &:o)
Gracias por el buen rato!
Abrazos!!
Mi mañana, ha comenzado con una sonrisa, después de leerte. Sin desperdicio tu "Habemus ratas"
Un abrazo fraterno,
Migdalia
Lo mejor para iniciar este dia porque ya sabes como empezo el de ayer, jajajaja me encanto.
Besotes.
Sabroso esto, muchacha.
Lo comparto pa'que todos se enteren y disfruten.
Un beso.
Está genial, la descripción,tu creatividad para joder a esos timadores y tu habilidad para,como buena cubana, estar al tanto de varias cosas al unísono.
Te quiero,mi gran poeta, un besotote.
Genial. Puede usarse para ejemplificar cómo los mejores textos salen de la nada. Oye, con muy poco (con solo poner el foco en el narrador y sus problemas, de oficina y demás) sale un cuento mondo y lirondo. P.
Me complace tanto leerte, que acá ando esperando que salgas cual papa (u otra vianda) detrás de las cortinas rojas de cualquier balcón, para gritar: Habemus Odette!!!!!!
Un besote (desde el aeropuerto de Bristol).
Gracias, Odette, me hiciste reír mucho. Ahora que estoy en esta oficina muy parecida a la tuya me hiciste la mañana.
Un abrazo.
Josué
jajaja bueno jugada. Cariños
Me has hecho reír, ayer hablé con Vero y no me contó nada.
Besos
Odette, muy ocurrente y divertido tu artículo. Siempre tengo problemas para publicar mis comentarios. Ojalá este salga. Me encanta tu blog! Por lo diverso, tu sentido del humor y profundidad hasta en los más cotidianos temas. Gracias!
¡Buenísimo! Odette. Mucha risa para esta mañana de viernes, soleada pero fría, madrileña.
Besos.
Querida. En estos tiempos grises con fumata blanca me has hecho reir. Pero te recuerdo que en Cuba Jorge sí es apellido. Recuerda a Onelio Jorge Cardoso. Jorge era apellido y no nombre. Y Diego también: recuerda a Eliseo y familia. Te quiere. Alberto Lauro.
Ah y estos no son ratas de dos patas como los de Paquita la del Barrio. Sino ciberratas. Besos. Lauro
Típico, típico... en cualquier momento recibes uno ofreciéndote medicamento gratis para la impotencia, o que el banco nigeriano te ha hecho un depósito de millones para tu retiro, o que una dama de la aristocracia rusa te solicita en matrimonio... jajaja... en fin, un abrazo, muy divertido tu post.
Karin
Hola Odette
Soy el novio de Pupette, la hija de Nelita. He dado con tu blog casualmente al buscar en google referencias acerca de las cartas de apoyo y condena al caso de Ángel Santiesteban. Me ha encantado tu último post.
Saludos
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