Aquiles y Patroclo, amigos en la eternidad
Escribir este blog me ha costado algunas amistades. No ocasionales o coyunturales, como suele ser la amistad en algunas de sus variantes, sino de las viejas y profundas, de las del corazón y las entrañas. Al menos cuatro personas se han alejado tajantemente sin decir razones. Las intuyo, porque al buen entendedor, pocas palabras, sobre todo tratándose de los amigos: mi insistencia en hablar de Cuba y de la homosexualidad —esas dos esencias— con términos cuestionadores. Yo digo que no era para tanto, que había lazos más importantes que preservar entre nosotros, pero cada quien tiene sus propios límites y son absolutamente respetables.
Aunque en cuestiones íntimas o domésticas suelo ser dócil y evitar problemas, en los ámbitos públicos siempre fui muy lenguaraz. Retadora. A veces más de la cuenta. Quienes me conocen desde chiquitica saben, además, que aunque a ratos huraña, siempre he sido muy amiguera. Estas pérdidas me dejan, entonces, un tanto descalabrada, cantando como Alberto Cortés: “Cuando un amigo se va/ queda un espacio vacío/ que no lo puede llenar/ la llegada de otro amigo”.
Que si he olvidado que mi padre fue combatiente de la clandestinidad, dijo hace unos días a propósito de algunos relatos y reflexiones de este Parque del Ajedrez otro amigo santiaguero queriendo escarbar “hondo allá en lo blando”, como diría Silvio el viejo. Cómo habría de olvidarlo imbuido en el entusiasmo de su generación y de su tiempo, con la barba crecida a lo Camilo Cienfuegos en las zafras del pueblo, entonando para mí como canciones de cuna el Himno invasor, De pie, América Latina o La Internacional. Lo recuerdo perfectamente; pero ésa fue su causa, no la mía. Cuando nací, la revolución ya estaba ahí, hecha, servida en bandeja de plata, jodiéndonos o salvándonos la vida, según fuera el caso. Porque para “salvar” a mucha gente hay que joder a la otra mitad; no es de otro modo. No conocí las “desgracias” anteriores y aunque me las contaran, no eran las mías. Tendría otras “desgracias” de las que quejarme. Lo que para la generación de mi padre fueron logros, para mí era la vida normal.
Días después, a través de un compatriota que reside en España, protestó otro viejo amigo de la infancia: que es inconsistente y parece rabia de frustrados que hable de torturas y no mencione más que el apodo de Peteco; que los chilenos y argentinos de las dictaduras militares siempre dieron los datos de sus verdugos y se hallaron huellas físicas, fosas comunes que no podrán encontrarse en Cuba porque es falso lo que digo/decimos los de afuera. Este muchacho que consulta la prensa cubana como única fuente de información no puede conocer noticias como, por ejemplo, el reciente informe del Consejo de Relatores de Derechos Humanos en Cuba, que reporta, con nombres y apellidos de cada una de las víctimas, más de cuarenta muertes documentadas de presos en cárceles de la isla en lo que va de año. No debidas a lo que tradicionalmente se conoce como torturas, es cierto; sí por "suicidios, infartos y otras enfermedades generadas por la subalimentación, mala asistencia médica, infrahumanas condiciones de vida, palizas y otros malos tratos carcelarios". Justo lo que solapan todas esas cartas firmadas por mundiales intelectuales de izquierda que obstaculizan la visita de cualquier relator de la ONU, veedor de derechos humanos, a cárceles de la isla.
HILOS
Mis amigos habitan en el aire
un hilo los sostiene de la nada
e inventa entre la hondura aquel piélago gris
un murmullo de hijos en forma de poema
una nube flotando.
Mis amigos escapan de la muerte
como de las rutinas
y saltan sobre el fuego y los despojos.
Hermosos como dioses
me escuchan desde lejos
se acomodan al pie de la ventana
brindan a mi salud.
Yo los convoco en la luz
y en las tormentas
les enciendo una antorcha junto a mi corazón.
Son la razón de esta brisa vespertina
mi propia voz que regresa en un eco.
Escribir este blog me ha costado algunas amistades. No ocasionales o coyunturales, como suele ser la amistad en algunas de sus variantes, sino de las viejas y profundas, de las del corazón y las entrañas. Al menos cuatro personas se han alejado tajantemente sin decir razones. Las intuyo, porque al buen entendedor, pocas palabras, sobre todo tratándose de los amigos: mi insistencia en hablar de Cuba y de la homosexualidad —esas dos esencias— con términos cuestionadores. Yo digo que no era para tanto, que había lazos más importantes que preservar entre nosotros, pero cada quien tiene sus propios límites y son absolutamente respetables.
Aunque en cuestiones íntimas o domésticas suelo ser dócil y evitar problemas, en los ámbitos públicos siempre fui muy lenguaraz. Retadora. A veces más de la cuenta. Quienes me conocen desde chiquitica saben, además, que aunque a ratos huraña, siempre he sido muy amiguera. Estas pérdidas me dejan, entonces, un tanto descalabrada, cantando como Alberto Cortés: “Cuando un amigo se va/ queda un espacio vacío/ que no lo puede llenar/ la llegada de otro amigo”.
Que si he olvidado que mi padre fue combatiente de la clandestinidad, dijo hace unos días a propósito de algunos relatos y reflexiones de este Parque del Ajedrez otro amigo santiaguero queriendo escarbar “hondo allá en lo blando”, como diría Silvio el viejo. Cómo habría de olvidarlo imbuido en el entusiasmo de su generación y de su tiempo, con la barba crecida a lo Camilo Cienfuegos en las zafras del pueblo, entonando para mí como canciones de cuna el Himno invasor, De pie, América Latina o La Internacional. Lo recuerdo perfectamente; pero ésa fue su causa, no la mía. Cuando nací, la revolución ya estaba ahí, hecha, servida en bandeja de plata, jodiéndonos o salvándonos la vida, según fuera el caso. Porque para “salvar” a mucha gente hay que joder a la otra mitad; no es de otro modo. No conocí las “desgracias” anteriores y aunque me las contaran, no eran las mías. Tendría otras “desgracias” de las que quejarme. Lo que para la generación de mi padre fueron logros, para mí era la vida normal.
Días después, a través de un compatriota que reside en España, protestó otro viejo amigo de la infancia: que es inconsistente y parece rabia de frustrados que hable de torturas y no mencione más que el apodo de Peteco; que los chilenos y argentinos de las dictaduras militares siempre dieron los datos de sus verdugos y se hallaron huellas físicas, fosas comunes que no podrán encontrarse en Cuba porque es falso lo que digo/decimos los de afuera. Este muchacho que consulta la prensa cubana como única fuente de información no puede conocer noticias como, por ejemplo, el reciente informe del Consejo de Relatores de Derechos Humanos en Cuba, que reporta, con nombres y apellidos de cada una de las víctimas, más de cuarenta muertes documentadas de presos en cárceles de la isla en lo que va de año. No debidas a lo que tradicionalmente se conoce como torturas, es cierto; sí por "suicidios, infartos y otras enfermedades generadas por la subalimentación, mala asistencia médica, infrahumanas condiciones de vida, palizas y otros malos tratos carcelarios". Justo lo que solapan todas esas cartas firmadas por mundiales intelectuales de izquierda que obstaculizan la visita de cualquier relator de la ONU, veedor de derechos humanos, a cárceles de la isla.
Tampoco ha de conocer mi aguerrido amigo, más que tal vez a modo de rumor que corre, bajito, de oído a oído, la represión de que fue objeto la marcha del orgullo gay que pretendían hacer desde el Parque del Quijote hasta el Ministerio de Justicia un grupo de homosexuales en La Habana, donde evidentemente sólo las “acciones reivindicativas” del grupo de Mariela Castro son permitidas y aplaudidas. Para el resto nada ha cambiado: siguen sin derecho de expresión ni de manifestación.
Que no siga hablando tanta cascarita ‘e piña, dice, y que los ayude a comprender cosas importantes, como por ejemplo las UMAP (unidades militares de apoyo a la producción). Qué querrá comprender que sea distinto a lo de siempre: el autoritarismo rampante que dispone de la vida del resto como si fueran sus soldaditos de plástico. Qué quiere que le explique, qué podría explicarle si entonces yo era tan niña como él y de las UMAP se hablaba menos que de Dios, que también estaba prohibido. Lo que he sabido lo supe después y no me fue difícil comprenderlo porque así eran los planes escuela al campo a los que fuimos; sólo que entonces ya no nos sacaban de las casas a la fuerza en aquellos camiones de la madrugada, sino que íbamos mansamente, de propia voluntad. Así curtió siempre el gallego a sus criaturas: a sol y a sereno, a paso de conga.
Que si todo fue malo, pregunta; que si no hubo nada bueno. La respuesta aceptaría dos perspectivas: lo que nos pareció bueno allí y lo que a estas alturas, visto desde esta (no tan) sana distancia, nos lo sigue pareciendo. Para no complicarnos demasiado le contesto que sí, claro que hubo cosas buenas: las pizzas de La Fontana, los copelitas de los primeros tiempos, aquella carne rusa uruguaya de los mercaditos de los ochenta, las fiestas de Manolito y Violeta, las de Heriberto y las mías, los sábados en Caletón Blanco, los regalos —descubrimientos para nosotros— que llevaron los parientes de la comunidad, La Escalera, las noches culturales del Cabildo, el Parque del Ajedrez, la Casa del Joven Creador… Los amigos, todo ese inmenso universo-mundo aparte que se llama los amigos.
Y dentro de él, el arte que nos dejaron hacer mientras no molestábamos. Porque en cuanto empezamos a cuestionar… ¡todos p’afuera! Con la fachada del gobierno magnánimo que no negaba ni un permiso de salida con tal de que los jóvenes creadores dieran a conocer el arte de la revolución por todo el mundo… ¡Pinga! Todo estaba fríamente calculado: los revoltosos lejos, para que no nos sonsaquen al resto y, de paso, que mantengan al país —media familia afuera, media familia adentro— mientras se desbarranca el heroico campo socialista que nos mantuvo por décadas como a hijos bobos, mientras acaba de desmantelarse la industria azucarera y se consolida la del turismo sexual. Fue una gran jugada. De las mejores.
Pero hablaba de los amigos, del dolor que constituye su pérdida, de la confusión que siembra. Suelo usar con facilidad y soltura la palabra amigo. Algunos dirían que con ingenuidad; creo que más bien con naturalidad. Para mí no es un simple deseo aquella canción de Roberto Carlos y Valladares: Yo quiero tener un millón de amigos y así más fuerte poder cantar… ¡Yo tengo un millón de amigos! Y le doy gracias a la Vida por ellos y, sobre todo, les doy gracia a ellos. A ustedes, mis amigos.
Y con ésta me voy de vacaciones, que ya hace falta darle un poco de aire a este Parque antes de que se vuelva irrespirable. Nos vemos a fin de mes o iniciando agosto, cuando este espacio cumple un año de existencia. Les dejo este poema, hasta ahora inédito.
Que no siga hablando tanta cascarita ‘e piña, dice, y que los ayude a comprender cosas importantes, como por ejemplo las UMAP (unidades militares de apoyo a la producción). Qué querrá comprender que sea distinto a lo de siempre: el autoritarismo rampante que dispone de la vida del resto como si fueran sus soldaditos de plástico. Qué quiere que le explique, qué podría explicarle si entonces yo era tan niña como él y de las UMAP se hablaba menos que de Dios, que también estaba prohibido. Lo que he sabido lo supe después y no me fue difícil comprenderlo porque así eran los planes escuela al campo a los que fuimos; sólo que entonces ya no nos sacaban de las casas a la fuerza en aquellos camiones de la madrugada, sino que íbamos mansamente, de propia voluntad. Así curtió siempre el gallego a sus criaturas: a sol y a sereno, a paso de conga.
Que si todo fue malo, pregunta; que si no hubo nada bueno. La respuesta aceptaría dos perspectivas: lo que nos pareció bueno allí y lo que a estas alturas, visto desde esta (no tan) sana distancia, nos lo sigue pareciendo. Para no complicarnos demasiado le contesto que sí, claro que hubo cosas buenas: las pizzas de La Fontana, los copelitas de los primeros tiempos, aquella carne rusa uruguaya de los mercaditos de los ochenta, las fiestas de Manolito y Violeta, las de Heriberto y las mías, los sábados en Caletón Blanco, los regalos —descubrimientos para nosotros— que llevaron los parientes de la comunidad, La Escalera, las noches culturales del Cabildo, el Parque del Ajedrez, la Casa del Joven Creador… Los amigos, todo ese inmenso universo-mundo aparte que se llama los amigos.
Y dentro de él, el arte que nos dejaron hacer mientras no molestábamos. Porque en cuanto empezamos a cuestionar… ¡todos p’afuera! Con la fachada del gobierno magnánimo que no negaba ni un permiso de salida con tal de que los jóvenes creadores dieran a conocer el arte de la revolución por todo el mundo… ¡Pinga! Todo estaba fríamente calculado: los revoltosos lejos, para que no nos sonsaquen al resto y, de paso, que mantengan al país —media familia afuera, media familia adentro— mientras se desbarranca el heroico campo socialista que nos mantuvo por décadas como a hijos bobos, mientras acaba de desmantelarse la industria azucarera y se consolida la del turismo sexual. Fue una gran jugada. De las mejores.
Pero hablaba de los amigos, del dolor que constituye su pérdida, de la confusión que siembra. Suelo usar con facilidad y soltura la palabra amigo. Algunos dirían que con ingenuidad; creo que más bien con naturalidad. Para mí no es un simple deseo aquella canción de Roberto Carlos y Valladares: Yo quiero tener un millón de amigos y así más fuerte poder cantar… ¡Yo tengo un millón de amigos! Y le doy gracias a la Vida por ellos y, sobre todo, les doy gracia a ellos. A ustedes, mis amigos.
Y con ésta me voy de vacaciones, que ya hace falta darle un poco de aire a este Parque antes de que se vuelva irrespirable. Nos vemos a fin de mes o iniciando agosto, cuando este espacio cumple un año de existencia. Les dejo este poema, hasta ahora inédito.
HILOS
Mis amigos habitan en el aire
un hilo los sostiene de la nada
e inventa entre la hondura aquel piélago gris
un murmullo de hijos en forma de poema
una nube flotando.
Mis amigos escapan de la muerte
como de las rutinas
y saltan sobre el fuego y los despojos.
Hermosos como dioses
me escuchan desde lejos
se acomodan al pie de la ventana
brindan a mi salud.
Yo los convoco en la luz
y en las tormentas
les enciendo una antorcha junto a mi corazón.
Son la razón de esta brisa vespertina
mi propia voz que regresa en un eco.
Felices vacaciones.¡A gozar la papeleta!
ResponderEliminarSaludos.
Ch.
Una cosa es la amistad y otra las reacciones que provoca un mensaje, al final el significado del mensaje es la respuesta que provoca en quien lo recibe. Y eso es tan lícito como escribir. Sin embargo en cualquier posición o respuesta el respeto es fundamental. Se puede decir lo que se pìensa, siente desde el respeto o irrespeto y eso es prisamente lo que diferencia.
ResponderEliminarFinalmente, cuando escuchamos loq ue no deseamos como respuesta, saludable prestar atención alo que decimos y cómo lo decimos.
Saludos,
mi querida Odette... la pérdida de esos amigos, quienesquiera que sean, si son cubanos, se trata de lo mismo que tú has intentado reseñar antropológicamente varias veces en estas nubes de algodón del ciberespacio: ese sabérselas todas, que tanto harta, que tanto deja que desear, como decía mi maestra de la primaria... y tanta falta de respeto por la opinión de los otros que ni adjetivo hay... Si no son cubanos, entonces dan pena... pena de la manera en que proyectan la miseria de su propia historia sobre la nuestra, como si tuviéramos que pagar por ellos o servirles de farolito encandilado en el que sólo unos cuantos se benefician con la imagen, mientras nuestra gente allá se faja por un plato de comida...
ResponderEliminarEste blog es inteligente, excesivo, radical y parcializado como el 95% de la opinión que se difunde en cada uno de los medios que por el mundo pululan... y qué? está hecho con respeto, seriedad, bien escrito (lo cual es casi una rareza) y nos incentiva a los que estamos fuera a salir del círculo vicioso y la enajenación; los que están dentro y lo pueden leer, sé que bailan cada martes...
Yo, personalmente y en nombre de mi generación, que es la de Yoani y que no tenemos ni siquiera un nombre porque lo de novísimos o postnovisimos que alguien me explique qué cojones es si vamos a hablar de la gente del pueblo... eso, que nosotros, te agradecemos este blog...
Si no te basta con eso y los comentarios de cada semana y la mucha gente que no puede hacer los comentarios pero lo valora igual, entonces ya me contarás...
Un beso, mi querida amiga...
Saber que tienes una posición distinta, finalmente me alimenta, y alimentará una ponencia que daré en Chile. Te mando saludos y te reitero mi incondicional amistad.
ResponderEliminarMlenita
Hay unas sevillanas que dicen "Algo se muere en el alma cuando un amigo se va". La amistad sincera duele cuando se va, pero cuando se apartan de ti por tu forma de pensar ¿eran amigos sinceros?
ResponderEliminarAlgo se muere en el alma, cuando un amigo se va,y va dejando una huella que no se puede borrar.
No te vallas todavía, no te vallas por favor no te vallas todavía que hasta la guitarra mía llora cuando dice adiós.
Un pañuelo de silencio a la hora de partir,porque hay palabras que hieren y no se deben decir.
El barco se hace pequeño cuando se aleja en el mar,y cuando se va perdiendo que grande es la soledad.
Ese vacío que deja el amigo que se va, es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar.
Desde Córdoba ESPAÑA, hay una amiga.
Querida, no transpires "frustración incomprendida" ni te amargues con vino cortado: los amigos son si están, dejan de existir cuando renuncian a tí, sea cual sea el motivo, quizás porque nunca lo fueron. En fin, recuerda lo que decía Rabindranah Tagore: "La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido".
ResponderEliminarAbrazos,
Karin
Norma Quintana: Odette, querida, a veces hay que admitir que la gente no concuerda con uno. Siempre es doloroso perder amigos, y otros especímenes parecidos, en el fárrago de las circunstancias; pero ello no tiene por qué quitarnos el sueño, cuando al final nos damos cuenta de que la incomunicación y la necedad pueden decantar y filtrar el contenido del cubo donde almacenamos a las amistades.Y a propósito...yo no he cuestionado ni una sola de tus declaraciones ¿por qué ya no figuro en tu lista de amistades?¿por qué no contestas los mensajes que te envío?¿será que hice algo que no te gustó?
ResponderEliminarVeramente...! La verdad es que me siento un poco como un parásito, dejando que seas tú la que redactes lo que pienso -- o he pensado, cuando todavía me daba por eso... En fin, así me queda más tiempo para escribir mis tonterías. Pensemos que es por el bien de la Humanidad. :-))
ResponderEliminarPor otra parte, creo que sería peor vivir entre gentes que fingieran estar de acuerdo con todo lo que dices / escribes. (Necesariamente, buena parte y quizás todos estarían fingiendo, porque esa unanimidad sólo se puede dar en los cementerios, como apuntaba alguien otro día en otra parte). (Cita exacta si las hay).
Pues nada, que descanses y ya nos vemos en el Parque.
Woland
Odette, tú serás la enésima persona que pasa por lo que relatas. Lo pasé en Cuba. Lo volví a pasar en Cuba cuando me convertí en un marielito con los pies secos (inclusión que nunca reconoció la mal llamada Generación del Mariel) y particularmente un amigo que sigue siendo tan querido como antes y mientras, no volvió a pisar mi casa desde entonces (salí dos años después hacia España, en 1982). Lo pasé, lo he pasado y lo sigo pasando aquí (me refiero a "la cubanidad"). Lo pasé en EE.UU., donde gente que no sospecharías me echó por tierra un proyecto sólido para publicar tres antologías diferentes en España alegando no contribuir a la idea de las dos orillas y años después terminaron editados por Pío Serrano en una antología sobre las once mil orillas. Me pasó creo que no hace un año atrás en Miami cuando en La Peregrina, la revista en la que acompañé a Karin prácticamente desde el principio, sus editores de entonces censuraron un artículo mío aduciendo que era demasiado pesimista cuando en realidad yo no hacía otra cosa que describir y retratar a una serie de personajes que proliferan cada vez más (lo siento, y perdóname por traicionar tu silencio Karin querida: con los que se aprovechan de la discreción y las buenas costumbres no voy a utilizar la discreción). Me pasó cuando, a raíz de escribir una necrológica de Carlos Victoria, Juan Abreu me insultó en sus emanaciones por ser amigo de Roger Salas. Me (nos) pasó cuando las jornadas s/homosexualidad desarrolladas en enero de este año en Casa de América en Madrid con un boicot de apoyos caídos por parte de la mayor parte de la comunidad cubana (al fin y al cabo, como entonces, vuelvo a decir, no es más que un asunto de maricones). Me ha pasado por mi diáfana posición en contra de la neutralización política a la que un sector de reciclados y otras inexplicables vergonzosas adhesiones ha querido y quiere lavarnos el cerebro, la lengua y la mano con no sé qué historia de supuestas hermandades ("no me pongas la mano en el hombro, no me mires así con desprecio..."). Y bonita, siempre que quieras decir la verdad te va a pasar lo mismo: en el Parque Céspedes, en La Habana, en México de efe, en Madrid, en Chueca y en la Moncloa, en la calle 8 y en Collins, en San Petersburgo.
ResponderEliminarUn abrazo.
David
Odette queridìsima.
ResponderEliminarLa amistad que un día fue, lo será siempre. No lo dudes. Lo que sucede es que algunos amigos se quedan encerrados en circunstancias anteriores, pero después, cuando el tiempo pasa, cuando una pillería o cabronada de aquellos a quienes defendieron a costa de la amistad les toca cerca, se percatan de que diga lo que diga o piense lo que piense, un amigo jamás deja de serlo.
Un beso y que te diviertas en tus vacaciones.
Gracias por este Parque del Ajedrez, polémico, lúcido y sabroso.
Me quedo con ese magnífico poema... De la realidad, tal vez lo que más importe es lo que nos da el arte siempre cribando mentiras en pos de la verdad, tan esquiva e imposible ella ("El río de la verdad va por cauces de mentiras" dijo el poeta). Lo que son tus amigos, sobre todo para los demás, lo son en ese poema... De lo que cuentas, qué decir, que no sea innecesario, sobrante. Lo siento por lo que puede doler, pero ya tenemos edad bastante para saber que no puede haber dicha sin dolor, que sólo éste puede pesar y medir a aquella. A otra cosa, mariposa... A seguir escribiendo, por ejemplo.
ResponderEliminarUn amigo, de esos raros, que se hacen en estaciones tan potencialmente estériles como la distancia y la madurez.
Abrazos y gracias,
Jorge
creo que ese es el mayor dolor. la mayor perdida que nos ha provocado el infinito gobierno de la sin razón, alejarnos a los unos de los otros, por razones no de los unos o los otros, sino de ellos, cada perdida la deberiamos contar como algo mas de lo que no podremos recuperar, buenas vacasiones, sonia
ResponderEliminarodette, no me acuerdo dónde leí que la culpa es lo último que se carga cuando de andar ligero de equipaje se trata. Hoy tu Parque del ajedrez convida a quedarse sentado en él toda la tarde... aunque te caguen los pájaros. Te quiere tu nieto
ResponderEliminarOdette:
ResponderEliminarEsta vez, para ti, para tu pluma, para tu sentido de la justicia histórica: ovación de pie. Gracias por esa “¡Pinga!” soltada justo en medio de tanta desidia, de tanta inmoralidad, de tanta comodidad en la “zurdera” (sordera) espiritual que padecen los cubanos, estén donde estén. Los amigos que “perdiste” se están perdiendo tu veneno sanador, tu látigo que despierta o tu lirismo descarnado. Lo que escribiste es como si lo hubiera escrito yo, que estoy pecando de escéptico empedernido desde hace tiempo. Debo seguir repitiéndome, entonces, la máxima de Augusto Monterroso: “Moralizar es inútil”. Y esto para lanzarme a moralizar, porque la inutilidad de tal empresa le da categoría de arte... Disfruta tus vacaciones.
Un abrazo,
tu amigo, Roberto Uría
Mis amigos muertos, juegan a las escondidas, sin encuentro.
ResponderEliminarAmiga Odette, he leído con detenimieno esta edición de tu blog y es una de las que más me ha conmovido, por el asunto que tratas, por la sinceridad que expresas. Mira, aun con con la ficción se pierden amigos y amigas (o al menos "buenos conocidos"). Creo que sabes cuántos buenos conocidos perdí con la publicación de mi novela "Un ciervo herido" (que trata precisamente sobre las Umap),la polémica, la sinrazón, aun la traición de aquél que comía en tu propia mesa. Cuánto me costó entre los homófobos miamenses que la novela esté dedicada, entre otros, "A los homosexuales y locas que estuvieron en las Umap, los más inocentes, los más queridos".
ResponderEliminarCreo que todo en buena medida se debe a la polarización que hay en cuanto a Cuba, o al estatus quo que existe en aquella isla, que hasta un evento de arqueología se convierte en una discusión política. Así se ha "forjado" la nación en los últimos 50 años.
Encuentro muy ilustrativo el comentario de David Lago.
Y te repito, aun con los poemas, el cuento, la novela, uno va a perder a alguien que, si bien no es amigo y a veces ni lo conoce a uno, va a descalificarnos por una u otra causa.
Tu papá fue una de las primeras víctimas,eso.
Y tú, como diría Vallejo: "Mata y escribe".
Tu amigo:
Félix Luis Viera
que no coman tanta mierda, los que de manera extremista ( tan oportunista)defienden la maquinaria obsoleta de la seudo revolucion , mi padre tambien lucho en la clandestinidad, en el exilio y en la sierra alcanzando los grados de capitan a puros cojones, mientras otros que no hicieron ni timbales y se la pasaron hablando mierdalo desplazaron al triunfo y lo fueron llevando al abandono hasta su vejez,y ahora vive porque todos sus hijos viven en el pais del enemigo publico numero uno; nada querida amiga que como dijo el dominicano ilustre :el cubano o no llega o se pasa"aqui los gringos dice que estamos tan llenos de mierda que por eso tenemos los ojos marrones, (la mayoria)un abrazo grande de quien te conoce de medianamente chiquita.
ResponderEliminarOdette,
ResponderEliminarPerder amigos siempre es lamentable, siempre deja un espacio lleno de dolor. Pero obliga a crecer . . . una vez mas.
Estas pérdidas y sus dichos, son una muestra de otro de los males que ha generado el proceso de Castro en Cuba: la imposibilidad de discrepar en armonia. Yo personalmente, y a sabiendas de que en algun caso no he coincidido con tus comentarios, te felicito por la labor que haces en este blog donde podemos encontrar casi todo lo que nos toca a una generacion de cubanos. Este blog es una aventura, inteligente, clara, de prosa con sabor a Cuba (a veces a Santiago), a veces te saca una lagrima y a veces una sonrisa o carcajada, es un ejercicio de libertad que solo puede ser llevado a cabo –lamentablemente– fuera de La Isla.
En esta aventura (como en otras del pasado), te acompanño con amor.
Ernesto Carro
En realidad el amigo que no sepa respetar los puntos de vista -por demás, justificadísimos- de otro, no es merecedor de considerarse como tal. Parque del Ajedrez puede haberte "costado amistades" (que evidentemente no lo eran), pero a la vez te ha ganado otras, y ha fortalecido el cariño y la admiración que te tenemos otros amigos, que nos sentimos totalmente identificados con lo que escribes, porque es una herida que no se cierra. Allá los que quieren tener aún la venda puesta; ya les será más amargo después cuando se les caiga -o se las quiten.
ResponderEliminarQue siga Parque de Ajedrez esgrimiendo verdades, disgústenle a quienes les disguste. Y una y otra vez más, felicidades por esa valentía y objetividad.
Odette:
ResponderEliminar“No necesito amigos que cambien cuando yo cambio y asientan cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor.” Plutarco
Es bueno y sano que tú pienses una cosa y tu amigo algo diferente. Se puede discutir y debatir, digo yo.
“Tómate tiempo en escoger un amigo, pero sé más lento aún en cambiarlo.” Benjamin Franklin
La historia de las revoluciones siempre ha estado llena de estas cosas, familias que se dividen, discusiones de amigos por querencias políticas.
Al final del camino se verá que no valía la pena dejar de ser amigos por razones políticas. Política=caca.
“Hay tres amigos fieles; una esposa anciana, un perro viejo y dinero constante y sonante”. Benjamin Franklin
Si los amigos dejan de ser tus amigos porque tengas opiniones diferentes, sobre todo políticas, que les den. A lo mejor no merecían tu amistad.
Un besote, sigue siendo tú misma, la retadora-revoltosa
K.
Y una cosa mas que pense después de haber escrito. Tu padre estuvo en la clandestinidad, como muchos de nuestros padres (y en la sierra y en muchos movimientos de lucha contra Batista, que el equipo de Castro no era el unico) y precisamente luchaban por una sociedad mejor, mas justa y democratica, no por esta autocratica, feudal y caudillista estructura social impuesta por el vejete.
ResponderEliminarBesote grande!
Avisado:
ResponderEliminarEl nombre de Odette sigue anotado en mi bitácora.
Amiga el próximo domingo salgo para México, Cancún.
Si acaso tus vacaciones son allá, no dudes en escribirme.
Bella amiga vaya contigo las posibilidades de encuentros para abanderar la amistad,
tu amiga siempre,
Belkys Arredondo Olivo
Ojala! que cuando lea tu articulo y comentarios, reflexione.
ResponderEliminarOjala! su nueva posicion social no le haga olvidar cuando el mismo personalizaba una continuidad que se cuestionaba y cuestionaba y una interrupcion que asumia una posicion critica.
Un abrazo.
amiga
ResponderEliminarhice alguna vez la lista de los amigos que se habian ido de Cuba,
hoy formo parte de ella... ahora hago la lista de los que estan alla y aca tengo una bien copiosa y bendita
Hola Odette. Se que estás de vacaciones pero solo quiero expresarte cuanto me ha impresionado este post y tu poema. Yo por no perjudicar a nadie y por no buscarme enemistades escribo con un seudónimo, pero admiro tu valor, y creo como muchos otros que aquí te escriben que esos amigos que perdiste no te merecen. La historia de tu padre es la de mcuhos jóvenes que apoyaron la causa de la justicia y terminaron viendose envueltos en una de las peores traiciones a un pueblo entero que haya tenido lugar en la historia moderna - que ya se va haciendo antigua, de tanto que dura. Espero que estés disfrutando unas felices vacaciones y que vuelvas con renovados bríos. Mientras, aprovecho para leer todo lo que pueda de tu blog. Un saludo desde Asturias,
ResponderEliminarAna
Odette, al final siempre quedan unos pocos fieles, y muchas veces se queda uno solo.
ResponderEliminarAquí estoy, sin apenas amigos, sin patria, pero sin amo.
Y muchos de los que aparentemente eran "amigos" allí no eran más chivatones camuflados.
Si te digo algunos o algunas puede que te sorprenda mucho y te de un infarto.
Yo ya estoy cansado del tema: a todos los comemierdas de Cuba que defienden a Castro y su comunismo miserable, que se hundan con su isla, con su Chulo en Jefe.
Como bien decía Cabrera Infante, yo ya soy libre.
Saludos.
Mi querida mujer: no has perdido amigos. Quienes te conocemos y sabemos de ti y tu bondad, sabemos que si nos alejamos de ti somos realmente los que perdemos a una buena amiga, de las pocas que existen. Un beso grande.
ResponderEliminarCariño:
ResponderEliminarYo se que es muy dificil darse cuenta que personas a las que uno consideraba amigos, no lo son realmente. El verdadero amigo conoce por intuicion el respeto.
El o los que se distanciaron contigo por lo que escribes o por la forma en que planteas situaciones palpables, pues que bien, hay otros muchos sitios donde pueden ir y sentirse mas a gusto. Que todos somos necesarios pero ninguno imprescindible. No le des importancia que a estas alturas debemos cuidarnos el corazon, sobre todo para poder seguir viviendo y ver el final de cada historia.
Mira, en ese mismo Parque del Ajedrez que convertimos en nuestra casa, compartiamos espacio con los fotografos, con las empleadas de las tiendas de ropa, con las jineteras, con personajes ocasionales y con todo el que le daba su real gana de llegar alli. Muchas personas, aunque no tuvieran nada que ver con nosotros, se quedaban y poco a poco se hacian parte del grupo de asiduos y hasta compartian espacio y tiempo con nosotros. Cuantas veces a nuestra mesa llegaron tazas de cafe pagadas por los fotografos? Muchas, y no lo hacian por otra cosa que no fuera solidaridad porque ellos no tenian interes por nosotras, lo hacian simplemente porque se daban cuenta que estabamos "arrancadas". Esos tambien fueron nuestros amigos (siempre nos respetaron) y nosotras ni nos dimos cuenta porque viviamos muy adentradas en nuestros propios estilos de vida. Asi somos los seres humanos de egoistas. Sin embargo, otras que considerabamos como tal y a quienes hemos dado cariño, confianza, respeto y a las que hemos abierto el corazon, por el simple hecho de habernos ido de Cuba (que cada cual tiene su historia y no todos la misma oportunidad), nos han volteado la espalda y en mi caso hasta me han dicho no conocerme.
Amigas hemos sido tu y yo, que desde siempre hemos compartido nuestros triunfos y malos momentos, que siempre hemos estado ahi la una para la otra a pesar de la critica y los cuestionamientos que soportamos. Y sabes por que: porque siempre nos respetamos mutuamente y aunque en momentos no concordemos, somos lo suficientemente razonables como para hablarlo hasta el infinito sin que nuestros puntos de vista se conviertan en una barrera.
Amiga mia: yo sigo aqui, como mismo otros que te quieren y te respetan. Piensa en nosotros, en nuestros brazos abiertos esperando siempre por ti, en todas las manos dispuestas a ayudarte si algun dia flaquearas y lo demas, tiralo a mierda, que esta no deja de ser tal por mas perfume que se le ponga.
Ines
Queridos amigos:
ResponderEliminarMuchas gracias por tantas muestras de cariño y solidaridad. Los tengo a todos en mi corazón (incluso a los que se alejan) y allí les enciendo una hoguera, como dice el poema. Una hoguera que nos alumbre el camino y nos dé calor. Muchas gracias por el apoyo y la fuerza que me dan.
Este Parque del Ajedrez, que está en la esquina virtual de Enramadas y Santo Tomás en el ciberespacio, sigue siendo nuestra casa. Por acá los espero con los brazos abiertos.
Una vez más, muchas gracias.